Inaugurada en 1936, la cámara acorazada del Banco de España ocupa una superficie de 2.000 metros cuadrados en los que se amontonan más de 90 toneladas de oro. Un tesoro al que dan forma muchísimos lingotes y otros objetos de gran valor como el primer maravedí con caracteres latinos, original del siglo XII.
Para llegar a esta cámara subterránea hay que sortear tres enormes puertas de seguridad, de 16, 15 y 8 toneladas respectivamente y otros obstáculos más o menos complejos. Todo este espacio está controlado además por videovigilacia y sensores de movimiento. Sin embargo, lo más sorprendente de todo este espacio acorazado es su gran arma secreta, el agua de la propia Cibeles.
Bajo la fuente de la Diosa discurre un canal de aguas, el llamado Canal de las Pascualas o de Oropesa, un río subterráneo que nutre de agua a la fuente. Resulta que en caso de que alguien tratase de asaltar la cámara se pondría en funcionamiento un mecanismo que inundaría por completo toda la cámara, en tan sólo unos segundos. Impresionante, ¿no? Una sistema disuasorio que parece sacado de una película de acción pero al que, de momento, nadie se ha atrevido a plantar cara en sus más de setenta años de existencia.
Así que si alguien quisiera robar el Banco de España que sepa que, entre otros, tendrá que vérselas con la Diosa Cibeles. Quien avisa no es traidor.
En este gráfico podéis ver mejor todo este sistema de seguridad…
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