Puente de la Constitución aprovechado al máximo donde además de la "obligada" visita al Museo de Bellas Artes para reencontrarme después de Madrid con Antonio López, las escapadas hasta Algorta, Gernika y Bermeo, o los pintxos y buena mesa por Bilbao, no podía faltar en mi caso el Arriaga y este concierto lírico para conmemorar las bodas de plata de la remodelación de un teatro emblemático para muchos operófilos y auténtico símbolo bilbaíno.
La orquesta, discreta como acompañante aunque de volumen siempre retenido por el director para no tapar nunca la parte vocal, demasiadas veces detrás en tempo y no muy rigurosos con el seguimiento de la batuta, que bastante hizo con concertar sin más, preocupado de seguir siempre a las voces y plegándose a ellas lo máximo posible. Improbo esfuerzo del maestro irundarra.
Con un plantel casi del Athletic desfilaron once voces distintas en todo y en apuesta más atacante que defensiva por el predominio de tenores y sopranos frente a barítonos y mezzos (que me gustaron más), selección de arias no siempre ajustadas, dúos en general bien empastados y un cuarteto final cuya última nota calante en Gilda empañó un concierto aseado. Quiero reseñar la confusión que parece tener el público en general (este algo más sano que el carbayón -aunque la tos parece pandémica- e igual de impaciente por aplaudir antes de tiempo) para estos repertorios bastante conocidos, donde las notas fuertes y agudas no son precisamente lo difícil, resultando a menudo "mucho ruido y pocas nueces", y la necesidad de interpretar además de cantar, pues ahí radica la diferencia entre artistas y voces, entre un buen equipo donde brillan figuras, y figuras que no logran equipo.
Para mí ha sido un descubrimiento Andeka Gorrotxategi, tenor de color denso y potente en su amplio registro con dos arias difíciles donde Guridi le vino como un guante frente a un Calaf que aún debe posar.Confirmar la madurez que está alcanzando Mikeldi Atxalandabaso aunque mejor como Duque que de soldado para el regimiento, si bien su timbre no me acaba de convencer. El valenciano Javier Tomé desigual y algo forzado en papeles "krausianos" aunque supongo que tiene mucho más recorrido pero con trabajo por delante para acabar de pulir detalles.Josema Díaz muy sentido en Luisa Fernanda y correcto en el Rigoletto del cuarteto final me hizo pensar en los antiguos centrales que sin ser figuras lograban cohexión en el equipo de nuestros amores.Me llevo excelente impresión de Axier Sánchez esperando papeles de más peso que el Vals "viejecito" de Caballero o el dúo de Pescadores. Pediremos que no se quede en eterna promesa como sucedió con algunos delanteros.