Ensalada tricolor y gazpacho a la remolacha
Me pareció excepcional el programa « Infrarouges » de France 2, cadena pública francesa, que fue emitido el 2 de abril 2013 con el título “Regimes, la vérité qui dérange” (Regímenes, la verdad que molesta).
Lo de que ningún régimen funciona a largo plazo y que todas las personas que siguen un régimen restrictivo acaban engordándose aún más de lo que estaban en cuanto vuelven a comer normal, ya lo sabía, pero de la manera que presentaron la información fue muy ilustrativa.
Estuve todo el tiempo tomando notas como si estuviera en la escuela y retuve algunos conceptos básicos que me parecieron muy interesantes. Sin entrar en la cuestión de los regímenes, quisiera compartir algunas informaciones con todos vosotros.
Concentrar todos nuestros sentidos ante los alimentos a la hora de comer y buscar el placer comiendo son esenciales para mantener una alimentación más saludable e incluso para perder peso de forma natural y sin régimen, ¿pero cómo?
En los países donde no se le da importancia al acto de comer y se suele dedicar poco tiempo a la comida (muy a menudo se trata de comida rápida) es donde hay más personas obesas.
Timbal de calabacín y boniato con almendras
¿Por qué el acto de comer en la mesa es tan importante?
La acción de compartir una comida está divido en tres elementos importantes que generan bienestar:
Alimentarse (aportar nutrientes y calorías)
Disfrutar (sentir placer)
Reunirse
Cultivar el «Arte de la mesa», aficionarse a la «Gastronomía» y a «Cocinar», todo ello forma parte de la educación de una «Alimentación saludable».
El ritual alrededor del acto de comer es esencial para enviar señales positivas al cerebro e indicar que se está satisfecho y que no se necesita comer más, para ello hay que:
Bizcocho de chocolate y arándanos con bebida de almendras
- Cuidar la presentación de tus platos porque tiene un efecto positivo y ayuda a comer menos.
- “Comer con los ojos”. Observar el plato que se te ofrece, valorar y apreciar el trabajo de quien ha cocinado, intentar descubrir los ingredientes con los que se ha elaborado el plato.
- Respirar, apreciar el aroma que desprenden los alimentos antes de llevárselos a la la boca (como hacen los aficionados a los buenos vinos).
- Saborear la comida, comer despacio, masticar bien los alimentos.
- Dedicar tiempo a comer. El tiempo que se dedica a la comida es muy importante, concéntrate en ello. Comer despacio ayuda al cerebro a gestionar mejor la sensación de hambre y se come menos. Cuanto más deprisa se come más pronto se vuelve a tener sensación de hambre.
- Compartir “la mesa” con tu pareja, tu familia o tus amigos o colegas.
- Concentrarse en el acto de comer, degustar la comida. Es preferible no ver la televisión cuando se está comiendo, además se evitan las tentaciones constantes que lanza la publicidad.
- Comer y beber en platos y vasos pequeños. Cuando se come en un plato grande, el cerebro puede interpretar de forma errónea la cantidad que se está comiendo.
- Ayudar al cerebro a que se dé cuenta de que se debe parar de comer. Si necesitas perder peso, pon en la mesa al mismo tiempo todos los alimentos que vas a comer: entrada, plato y postre. Te darás cuenta de todo lo que vas a ingerir. Otra opción es llevar un diario de lo todo lo que comes porque hace tomar conciencia de todo lo que se ha ingerido y de lo que no se necesitaba comer.
Otras recomendaciones útiles son:
Jogging de otoño
- No comer cuando se está en el cine o viendo un partido de fútbol, la distracción enviará señales equivocadas al cerebro y volverás a tener hambre en poco tiempo.
- No obligar a tus hijos a terminar de comer todo lo que está en el plato cuando te dicen que ya no tienen hambre (salvo alguna excepción que tú debes valorar). El hábito de comérselo todo a la fuerza es el primer paso para acostumbrarse a comer más de lo que el cuerpo necesita.
- “Picar” antes de comer no tiene por qué ser negativo. Al contrario, ya que sentarse a la mesa con mucha hambre puede generar ansiedad y se comerá más deprisa de lo normal lo que generará sensación de hambre más pronto de lo normal. Escoge un aperitivo saludable y con pocas calorías.
- Comer menos cantidad y, siempre que puedas permitírtelo, que sean alimentos de mejor calidad (recuerda que mayor calidad y mayor precio no son siempre sinónimos).
- Aumentar la cantidad de frutas, verduras y legumbres. Muchas personas que tienen entre 20 y 30 años ahora comen hasta 8 veces menos frutas, verduras y legumbres que comían sus padres.
- Evitar los alimentos muy grasos, muy dulces o muy salados, los productos “light” y las bebidas refrescantes ricas en azúcar o edulcorantes.
- No hagas régimen, come de todo en menor cantidad y aprendre a alimentarte mejor.
- Bebe agua, un mínimo de un litro al día, en días calurosos más.
- Practicar algún tipo de deporte o de ejercicio de forma regular. Es muy importante hacer ejercicio, un mínimo de 30 minutos seguidos. Menos de 30 minutos no sirven para gran cosa. Y al menos tres horas y media de ejercicio por semana.