Quizás la mejor estrategia de los llamados poderes ocultos haya sido la de enfangar la política de uso diario, nada creativa y mucho menos "artística", consiguiendo de los ciudadanos el hartazgo de las instituciones y eliminando un instrumento que al darlo por inútil deja de ser, consecuentemente útil. Si te asomas a la Prensa, en general escuchas lo previsible: el gobierno echa la culpa de la crisis al anterior gobierno, la oposición dice que el gobierno lo hace mal, los sindicatos convocan huelga general porque toca, y todos damos por cierto que nada va a cambiar y que el capitalismo devorará sin pudor lo que tenga que devorar hasta que otra onda vuelva a traer la falsa prosperidad de la selva. Los gobernantes, y en general los políticos, están devaluados, algunos fueron jóvenes que ni siquiera terminaron sus carreras y fueron de enchufe en enchufe en puestos de "libre designación" hasta alcanzar con sumo esfuerzo la más alta cota de ignorancia y la mínima de rebelión e indignación. Por otra parte, los de fuera no se acercan al circo por miedo a desprestigiarse profesionalmente y los curritos militantes de dentro se limitan (nos limitamos, asumo) a debatir cuándo dejarán de pagar una cuota que no les vale ni si quiera para elegir a sus representantes dentro del partido. Para Han Fei era axiomático el que las instituciones políticas debían cambiar al variar las circunstancias históricas y que tenían que adaptarse al patrón imperante del comportamiento humano. Quizás hoy Han Fei Zi no sería obligado a beber el veneno que le llevó a la muerte, se moriría de pena al ver lo que hoy es "el arte de la Política".
Quizás la mejor estrategia de los llamados poderes ocultos haya sido la de enfangar la política de uso diario, nada creativa y mucho menos "artística", consiguiendo de los ciudadanos el hartazgo de las instituciones y eliminando un instrumento que al darlo por inútil deja de ser, consecuentemente útil. Si te asomas a la Prensa, en general escuchas lo previsible: el gobierno echa la culpa de la crisis al anterior gobierno, la oposición dice que el gobierno lo hace mal, los sindicatos convocan huelga general porque toca, y todos damos por cierto que nada va a cambiar y que el capitalismo devorará sin pudor lo que tenga que devorar hasta que otra onda vuelva a traer la falsa prosperidad de la selva. Los gobernantes, y en general los políticos, están devaluados, algunos fueron jóvenes que ni siquiera terminaron sus carreras y fueron de enchufe en enchufe en puestos de "libre designación" hasta alcanzar con sumo esfuerzo la más alta cota de ignorancia y la mínima de rebelión e indignación. Por otra parte, los de fuera no se acercan al circo por miedo a desprestigiarse profesionalmente y los curritos militantes de dentro se limitan (nos limitamos, asumo) a debatir cuándo dejarán de pagar una cuota que no les vale ni si quiera para elegir a sus representantes dentro del partido. Para Han Fei era axiomático el que las instituciones políticas debían cambiar al variar las circunstancias históricas y que tenían que adaptarse al patrón imperante del comportamiento humano. Quizás hoy Han Fei Zi no sería obligado a beber el veneno que le llevó a la muerte, se moriría de pena al ver lo que hoy es "el arte de la Política".