Hablar con prudencia. Con los competidores por cautela; con los demás por decencia. Siempre hay tiempo para soltar las palabras, pero no para retirarlas. Hay que hablar como en los testamentos: cuantas menos palabras, menos pleitos. Uno debe practicar en lo que no importa para cuando sí importe. El secreto parece algo divino. El que habla con facilidad está cerca de ser vencido y convencido. Baltasar Gracián. Allá por el 1647 en la primera edición de su libro, “El arte de la prudencia”
https://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%A1culo_manual_y_arte_de_prudencia
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