El arte de lo negativo

Por Elircourt

A veces la vida está por debajo de la vida, proclama uno de los personajes de la obra de Enrique Vila-Matas. Me acuerdo ahora de esta cita después de asaltarme de pronto la idea de que en la actualidad, con sobreabundancia de publicaciones, la literatura suele estar por debajo de la vida. Es este el motivo principal que me lleva a abstenerme de leer novelas que se limitan a contar correctamente historias trilladas. Cuán cansina me parece la lectura de un libro incapaz de lograr que ocurran cosas más allá de lo que se dice. Me aburren las novelas a las que no atraviesa la posibilidad, o si lo que dicen no resuena simultáneamente a varios niveles potenciales.Escribo lo anterior una vez que he terminado de leer Saliendo de la estación de Atocha, novela del joven escritor Ben Lerner recomendada por Vila-Matas. El protagonista, un aspirante a poeta, concibe la hondura de la creación literaria como "un efecto sentido de su incomunicabilidad". De ahí que manifieste con insistencia que sus poemas no tratan de nada. Es una afirmación que camina en la misma dirección que la escritura de Vila-Matas, entendida como un tapiz que se dispara en muchas direcciones. Un viaje al fin de la noche.La trama puede tener mayor o menor presencia, pero se vuelve un motivo para contar otras cosas. Es lo que interpreto cuando leo sobre la vía Finnegans con rostro Hire, propuesta de Vila-Matas en Chet Baker piensa en su arte. Esta entronca con la literatura que, más cerca del corazón de las cosas, prefiere desplegar el arte de lo negativo. Según Vila-Matas, adentrarse en el incomunicable "núcleo duro de lo esencial, la nebulosa del ser verdadero, la bruma de la identidad profunda que es siempre extraña y extranjera."Esta es la literatura con la que me identifico. Me permite conectar con "la máquina blanca de la vida", expresión que leo en la novela de Ben Berner donde las referencias se escapan vilamatianamente para ofrecer nuevos sentidos. Es cuando entonces celebro que la literatura no esté por debajo de la vida. Tampoco por debajo de sí misma.
FUENTE: EL QUINQUÉ. LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS