El arte de morir

Publicado el 30 marzo 2015 por Santosdominguez @LecturaLectores

Peter y Elizabeth Fenwick.El arte de morir.Traducción de Roberto R. Bravo.Atalanta Memoria mundi. Gerona, 2015.
A Journey to Elsewhere, Un viaje a otra parte, es el subtítulo de El arte de morir, el espléndido, inquietante y a ratos luminoso ensayo que Peter y Elizabeth Fenwick publican en Atalanta.
Desde los heraldos negros que anticipan la inminencia de la muerte a los moribundos poco antes de que empiecen el viaje definitivo, hasta la recapitulación vital y el entendimiento con la muerte que se abordan en el capítulo final, las catorce secuencias de este ensayo recorren las experiencias que se producen en quienes van a morir: visiones de familiares ya fallecidos que salen a recibirles, presencias tranquilizadoras y experiencias reconfortantes que parecen ocurrir en un espacio intermedio entre la vida y la muerte,  en un lugar de espera en el que entran y del que salen hasta el momento final.
Son las experiencias del final de la vida, que generan relatos coincidentes en la luz y en la niebla, en la tranquilidad y la calma. Y este libro es un recorrido por estas experiencias con la intención de indagar si podemos explicarlas o si simplemente debemos aceptarlas y valorarlas por lo que son de manera tan evidente: un consuelo para la persona que está a punto de morir y para su familia. Pero nos servirán también como introducción a un problema mucho más amplio, el de la la propia muerte: ¿se trata de un proceso?, ¿cuál es su significado para nosotros?, ¿podemos prepararnos nosotros mismos y ayudar a nuestros seres queridos a tener una buena muerte?
Experiencias difíciles de explicar y de definir clínicamente, pero que tienen en común su intensidad emocional, la posibilidad de reconciliación con uno mismo y la aceptación de la propia muerte. Y una consecuencia fundamental: la pérdida del miedo a la muerte.
Lo explican así los autores: La consecuencia más importante para las personas que se han encontrado de cerca con la muerte quizá sea el modo en que afecta a su forma de vivir el ahora: valoran más la vida pero sin apegarse demasiado a ella; aprecian cada día como si fuera el último.
Sobre esa importancia de vivir el ahora, Peter y Elizabeth Fenwick recuerdan un relato zen, con el que se cierra el volumen:
Un noble le preguntó al maestro Hakuin:
-¿Qué le sucede cuando muere a quien ha alcanzado la iluminación?-¿Por qué me lo preguntas?-Porque eres un maestro zen.- Sí, pero no un maestro zen muerto.
Santos Domínguez