Nunca me simpatizó Sarkozy; no sólo por sus numerosas ideas conservadoras, especialmente aquellas vinculadas a
Sin embargo, ha tenido que perder unas elecciones para que pudiera comprobar, en medio de muchos tópicos propios de discursos políticos, qué era realmente ese way of life que achacan siempre a los franceses, ese saber estar, esa elegancia por encima de las circunstancias, esa corrección y educación. En definitiva, ese saber perder, el mismo que tuvo Aznar en 2004, ¿verdad?
En los diez minutos de su discurso ante sus votantes el pasado domingo, 6 de mayo, pronunció varias ideas que, aunque bien podría tenerlas más que preparadas y que fueran puro teatro, lo cierto es que no se las he oído nunca a ningún político español cuando pierde unas elecciones: decir que asume toda la responsabilidad de su derrota y que, por lo tanto, recoge sus cosas y se marcha. “No he logrado convencer a una mayoría de franceses (…) Asumo toda la responsabilidad de esta derrota y les voy a decir por qué: no soy hombre que no asuma sus responsabilidades (…) Yo era el jefe y cuando hay un fallo, éste es el primer responsable”, afirma en el minuto 4’30″ de este vídeo.
Reconocer su elegancia y saber perder no significa, sin embargo, que olvide muchos de sus planteamientos reprochables, que lo llevaron, más que probablemente, a obtener financiación de su anterior campaña de las arcas de Gadafi.
Si las formas fueran otras en este territorio españolete, tal vez los ciudadanos acudiríamos a las urnas como lo han hecho nuestros vecinos galos, con una participación superior al 80%.