A veces estamos tan alejados de lo natural que no somos conscientes de nuestra pertenencia a la Tierra. Hemos creado un hábitat de hormigón y asfalto donde aparentemente nos sentimos reconfortados.
Cuando tengo la fortuna de volar sobre montañas, valles y mares me quedo maravillado con tanto arte; es tan bello y armónico que en esos momentos de consciencia me siento una pequeña parte de esa naturaleza desbordante.
Porque ella es la Realidad con mayúsculas, ella es nuestro hogar natural. Un hogar perfecto donde el mínimo detalle tiene sentido como un puzle infinito donde cada pieza encuentra su espacio.
Algunos creen que la vida se ha creado por unas casualidades en un momento determinado; cada vez estoy más convencido que una fuerza superior tiene que ser la causante de tanto talento.