El arte flamenco en femenino, Caterina van Hemessen (1528-1587)

Por Sandra @sandraferrerv

Autorretrato (1548)

Muchas de las mujeres artistas de la historia han seguido patrones similares: han aprendido en los talleres paternos, su carrera se ha visto a menudo truncada tras un matrimonio no siempre deseado y su obra no siempre se ha reconocido como propia. Caterina van Hemessen, pintora de la escuela flamenca del siglo XVI, siguió ese mismo patrón.

Del taller de su padre a la corte Caterina van Hemessen nació en la ciudad belga de Amberes en 1528. De los primeros años de su vida solamente se sabe que, como hija de un pintor llamado Jan Sanders van Hemessen, inició sus estudios artísticos en el taller paterno.  Hacia 1540, junto a su padre, Caterina entró en la corte bajo el patronazgo de la Reina María de Hungría, hermana del emperador Carlos V y regente en aquel tiempo de los Países Bajos. 


Joven dama (1548)

Caterina realizó entonces numerosos retratos de los miembros de la corte así como distintos lienzos centrados en temas religiosos. 
De la corte al hogar Pero su matrimonio en 1554 frenó en seco su carrera artística. Casada con Chrétien de Morien, un reputado organista de la catedral de Amberes, Caterina, con apenas 26 años, dejó de pintar para dedicarse a su nuevo papel de esposa. 

Sin embargo, cuando poco tiempo después María de Hungría renunció a la regencia y se marchó a vivir a España, Caterina y su marido siguieron sus pasos y disfrutaron de una vida más o menos acomodada gracias a la ayuda económica de la hermana del emperador.

La pareja pasó poco tiempo en España pero de este período se sabe que Caterina volvió a coger el pincel para colaborar en la creación del retablo de Tendilla del Monasterio Jerónimo de Santa Ana de Guadalajara. 

Retablo de Tendilla

Cuando en 1558 fallecía su protectora, Caterina y su esposo volvieron a su ciudad natal donde la pintora moriría en 1587, a los 60 años de edad. 
La obra de Caterina La obra de Caterina van Hemessen, al menos la catalogada y certificada como suya es escasa pero de gran valor artístico: A penas 6 retratos y un autorretrato y alguna pintura religiosa.