El arte moderno indio, de la influencia británica a la experimentación total

Por Moncho Satoló

El arte moderno de la India nació con la fusión de la espiritualidad de Oriente con el concepto europeo de realismo que llegó al subcontinente indio con los británicos, para evolucionar luego hacia una experimentación total.

Así lo explicó el artista y académico Rajeev Lochan (1956) durante una entrevista con motivo del reciente final de la etapa más importante de su carrera: la dirección durante los últimos 15 años de la Galería Nacional de Arte Moderno (NGMA) de Nueva Delhi.

Lochan, que durante el período que ocupó "el trono del reino" de la NGMA trató de fomentar el estudio y la divulgación del arte, aseguró que resulta fundamental aproximarse a la obra de cualquier artista dentro de su "contexto" para poder llegar a valorarlo.

En el caso del arte moderno de la India, del cual la NGMA posee una colección de 17.000 obras, Lochan afirmó que para comprenderlo debemos retroceder hasta sus orígenes.

Fue durante los siglos XVIII y XIX cuando los británicos, que habían llegado al subcontinente indio con intenciones puramente comerciales, empezaron a plasmar el nuevo mundo que se presentaba ante ellos (sus gentes, naturaleza, monumentos) con una técnica realista que influiría sobremanera en los artistas locales.

Para el pintor nativo "se creó una plataforma de nueva experimentación que combinó por un lado el espíritu indio y por otro el concepto europeo de realismo (...) creando un nuevo lenguaje", narró Lochan.

Este nuevo estilo pictórico rompía así con una tradición anterior en la que solo se buscaba plasmar "una idea", lo que explica que hasta entonces en el arte indio no existiera ningún tipo de "representación realista", anotó el académico.

Fruto de esta unión de dos modos de comprender el arte surgieron pintores como Raja Ravi Varma (1848-1906), "perfecto ejemplo del uso de una técnica occidental filtrada a través de la sensibilidad india (...) que mantiene la mitología y la readapta a este nuevo molde".

Tras esta primera etapa surgirían las figuras de "los tres Tagores": el polifacético Rabindranath Tagore (1861-1941) y sus sobrinos Abanindranath Tagore (1871-1951) y Gaganendranath Tagore (1867-1938), "cuya contribución al arte indio fue inmensa".

Y eso a pesar de que Rabindranath, que obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1913, empezó a pintar a una edad tardía, con 60 años, "porque entendió que la imagen le proporcionaba un nuevo lenguaje de expresión que la palabra no le proporcionaba", según Lochan.

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El papel de Rabrindanath tuvo una gran relevancia además al recapacitar, en pleno movimiento nacionalista a favor de la independencia de los británicos, que alcanzarían en 1947, "qué era la identidad india y cómo el arte indio debería ser".

De esa época son también importantes artistas que serían claves para el devenir del arte en la India como Nandalal Bose (1882-1966), del que la NGMA posee unas 600 obras, y Jamini Roy (1887-1972), uno de los pintores más icónicos y populares de la galería nacional.

Al tiempo que en la India trataban de definir su identidad, nacía en Europa de padre indio y madre húngara Amrita Sher-Gil (1913-1941), un revolucionario espíritu libre que, como artista "pionera" que fue, "aportaría nuevos caminos a la modernidad" india.

"Debido a sus vínculos familiares vino a la India, donde se dio cuenta que pintar la fisicalidad de la materia le permitía mostrar las nuevas experiencias que ella observaba en la vida y arte indios, lo que transformó completamente su trabajo", aseguró el exdirector.

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De acuerdo con Lochan, Sher-Gil "fue uno de los artistas modernos que aportó nuevos caminos a la modernidad" en la India a pesar de que murió a una edad muy temprana, con solo 28 años.

La mayor colección de los trabajos de la "meteórica" artista indo-húngara, un centenar, están en la NGMA, donde se puede apreciar su proceso de transformación, expuso el académico.

Con la llegada de la independencia de los británicos, los artistas indios comenzaron a abrirse al mundo, conociendo y asimilando todos los "ismos" (expresionismo, surrealismo...) para "al mismo tiempo ser nuevos", afirmó Lochan.

En esa época, con artistas como K. G. Subramanyan (1924-2016), A. Ramachandran (1935) o Paramjit Singh (1935), destaca, de acuerdo con el académico, la influencia de la escuela alemana de La Bahaus, al tratarse en ella la temática de la "espiritualidad y la materia".

Y de ahí, hasta nuestros días, con una generación de artistas de "la talla" de Subodh Gupta (1964) o Jitish Kallat (1974), que han logrado establecer "un lenguaje propio" gracias a que, según Lochan, "están inmersos totalmente en el espíritu de la experimentación".

El colectivo indio Raqs también es fundamental en esta última categoría.