Por Alan Lazalde.
Alt1040.
Los dispositivos y aplicaciones móviles nos han transformado la vida. Amasijo de hardware y software, tienen a la humanidad sumida en un vértigo de información y entretenimiento, donde reina lo inmediato y todo está vinculado.
Puesto así, los dispositivos y aplicaciones móviles son más que sólo extensores, más que sólo Internet y telefonía. Veamos.
Virus
Los dispositivos móviles son los otros virus. Aparecieron hace unos treinta años y comenzaron a reproducirse de forma exponencial, atípica con respecto a otro tipo de tecnologías. El contagio fue inmediato entre los usuarios, todos querían tener uno sólo después de mirar su magia. Primero fueron los jefes, luego sus empleados, padres y madres, adolescentes y en seguida los más pequeños. Hoy el virus está en todas partes, vive en nosotros en su quinta o sexta generación, y pronto participará en simbiosis perfecta.
Cyborgs
Con el virus asimilado, humanos y móviles conforman un nuevo ser suma de partes orgánicas e inalámbricas, donde unos son la extensión de los otros -y viceversa-. Esa suerte de cyborg ya camina entre nosotros y nada está fuera de su alcance. Si la tecnología es sobre crear herramientas que extiendan nuestras capacidades, los dispositivos móviles son la tecnología máxima creada hasta la fecha, la meta-tecnología, el Aleph que representa el todo en un punto.
Redes
Los hombres-dispositivos-móviles son nodos de red. Pero no forman una sino decenas de redes que llamamos SMS, Facebook, Twitter, LinkedIn, todas redes de comunicación capaces de organizar eventos espontáneos (flash mobs), movimientos políticos, incluso revoluciones y profundas tendencias de pensamiento igualmente virales. Las redes móviles son masivas y evolutivas, temiblemente fuertes por implacables. Estos nodos de red son autónomos, se auto organizan y colaboran en miríadas.
Economías
Los dispositivos móviles participan de una economía propia centrada en mercados de aplicaciones. En esos mercados las aplicaciones son entes vivos que nacen, se reproducen, mutan y quizá mueren. Aplicaciones que transforman los dispositivos en plataformas de juegos, herramientas de salud, entretenimiento y sobreinformación, ventanas de comunicación infinitas, aplicaciones que son el alfa y la omega de la creatividad humana. De la hiper-economía de mercados virtuales surgen nuevas monedas de cambio basadas en reputación social, top charts, publicidad personalizada y viralidad.
Educación
Los dispositivos móviles y su contraparte humana conviven en un proceso de enseñanza aprendizaje donde los instructivos no existen. Donde el concepto de experiencia de usuario (usabilidad, interfaz de usuarios, responsividad) es el lenguaje automático-universal entre el hombre y la pequeña máquina. El aprendizaje invisible emerge aquí para amenazar la enseñanza tradicional con los herederos de la Khan Academy. La educación tradicional de leer-memorizar a largo plazo queda desplazada por la educación disruptiva de interactuar y remezclar la realidad.
Especulaciones
Los dispositivos móviles se alzan sobre Internet como sensores súper especializados que instruidos por inteligencias artificiales, hijas de Siri, podrían dar pie a nuevas revoluciones-redes inexplicables: adelantos de la Singularidad. Con la próxima ola de dispositivos móviles, de bajísimo costo y acceso masivo, nacerá un Tsunami tecnológico que sólo las limitaciones en ancho de banda podrían detener.
La realidad viene aumentada por defecto en los dispositivos móviles.
Humanos y móviles se alzaran físicamente como uno sólo el día que estén integrados de nacimiento, y llegarán apps biológicas programadas con ADN. Otros virus, cyborgs, redes, economías, aprendizajes y complejas especulaciones nacerán. Todo es cuestión de tiempo.
Alan Lazalde - 16 de junio, 2012, 23:14
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Fuente: Alt1040
Imagen: Cyber society