A mí la serie me ha gustado mucho; a excepción del capítulo 7, que me pareció el peor de la temporada. El resto, impecable. Vale que no ha sido la serie perfecta (patinazos en determinados personajes y escenas delirantemente ridículas), pero como entretenimiento veraniego ha cumplido con su cometido. Y ha tenido un final perfectamente cerrado, algo que se agradece mucho en estos tiempos de cancelaciones dolorosas.
Ahora va a tocar analizar la trama, así que no sigas leyendo si todavía no sabes quién mató a las chicas del camping.
Max (Antonio Hortelano) y Bosco (Carles Francino) llegaron a Punta Escarlata de rebote. Se les asignó el suicidio de una mujer, pero su hija Lucía (Nadia de Santiago) fue las que les llevó al pueblo costero. El descubrimiento de los cadáveres de Itziar y Anabel (desaparecidas 8 años atrás) dio comienzo a la investigación más dura a la que iban a enfrentarse los dos policías. Una vez instalados en Punta Escarlata, contaban con la colaboración de la Guardia Civil, de la mano de Reyes (Fernando Cayo) y Carla (Kira Miró). Pero su presencia en el pueblo no hizo otra cosa mas que despertar la ira del asesino, que llegó a matar a dos chicas más y a atacar a una tercera. Un drama de condiciones considerables.
A lo largo de estos nueve capítulos hemos asistido a un baile constante de posibles asesinos, desde el propio Reyes, el cura del pueblo (que nos metieron esa supuesta trama de pedofilia aprovechando la repercusión mediática del momento) o el batería que tocaba en las fiestas en las que Itziar y Anabel desaparecieron. Pero además, a esta trama principal le ha estado acompañando una subtrama de drogas. Una subtrama que ha tenido más importancia de la que aparentaba, ya que el supuesto primer sospechoso (Reyes), estaba relacionado con ella y no con los asesinatos.
Al final hemos tenido dos grupos de asesinos: los del pasado (el empresario, el doctor y el camello) y el del presente (el hijo del doctor). ¿Decepción? Ninguna. ¿Sorpresa? Sí. Y eso que me sigue patinando que dos niños de 6-7 años estuviesen solos a altas horas de la madrugada (recordemos que ya había terminado la fiesta), y que habiendo presenciado un asesinato, no dijesen absolutamente nada. Curioso y acertado el detalle de a tira roja de la sandalia de Anabel (o Itziar) y que desemboca en los ataques de ira de Marcos (Álvaro Cervantes).
Una serie muy interesante, muy bien pulida, y con un gran final. Es una pena que series así duren tan poco en antena y auténticos bodrios sigan temporada tras temporada.
PD. Es curioso que dos de los actores que están en "Punta Escarlata" hayan coincidido en "La piel que habito" (Fernando Cayo y Chema Ruiz).