Sí, yo pronuncio un sí, no flojo y melifluo, sino alto y claro a El asesino hipocondríaco, de Juan Jacinto Muñoz Rengel, una novela frente a la que ningún lector puede permanecer indiferente, bien es verdad que su inclinación puede ir en un sentido u otro.
La novela es un libro original, alejado de las obras de puro entretenimiento que proliferan con la misma abundancia que las margaritas en primavera. Creo que ha sido un error de la editorial, entiendo que de forma premeditada para acercar el libro a un mayor número de lectores, presentar la novela como de humor. El lector puede esperar una novela desternillante y no es eso; es, a mi entender y por suerte, mucho más.
El autor combina una simple narración de hechos, en los que hay cierta intriga (el señor Y., un asesino a sueldo hipocondríaco que cree estar muriéndose, intenta de una y otra manera llevar a cabo el encargo por el que ya le han pagado: asesinar a Eduardo Blaisten) con un discurso de fondo más reflexivo y de mayor calado. Y lo hace compaginando abundantes situaciones de humor con momentos más profundos.
Juan Jacinto Muñoz Rengel
Y es de agradecer ese toque de humor, que suscita sonrisas y por momentos sonoras carcajadas. El párrafo inicial ya nos da el tono de ese humor irónico, aséptico, que tanto he disfrutado, un párrafo que he de reconocer que me ganó para la causa desde el primer momento...Este humor que sobrevuela toda la novela aligera y banaliza la verdadera situación del señor Y. Decía el filósofo Erich Fromm que la fuente de toda angustia para el ser humano es la separatidad, entendiendo esta separatidad como la consciencia de todo ser humano de ser una entidad separada, la consciencia de su soledad, de su desvalidez. Nos decía Fromm que el hombre se volvería loco si no pudiese librarse de esa prisión y extender la mano para unirse de una manera u otra a otros seres humanos. El señor Y. sufre esa angustia vital. Es un hombre tremenda y esencialmente solo."No me queda más que un día de vida, después de haber escatimando quince millares a la muerte, sólo me resta uno más. Dos, a lo sumo. Tengo la absoluta certeza de que ni un día más tarde de hoy moriré. Como mucho mañana. Contravendría todas las leyes de la naturaleza que mi cuerpo transido de enfermedades, horadado por todas las afecciones, se sostuviera con vida un día más. Pero no me puedo ir sin antes haber acabado con Eduardo Blaisten. Me pagaron por adelantado, y yo soy un hombre de moral kantiana."
"En momentos como éste, en los que mi sensible corazón se convierte en un músculo capaz de absorber oleadas de dolor, hay muy pocas cosas que me hagan sentir a salvo de los embates de la soledad."
Las cargas que lleva sobre sus espaldas son muchas, tantas como sus enfermedades, meras excusas de un hombre sin autoestima y lleno de sentimiento de culpa, que le aislan y le alejan de los demás. Pero al mismo tiempo no puede estar del todo solo. Por lo tanto, ¿debemos reprocharle que extienda su mano para intentar buscar en su vida de dolor y soledad algún semejante con el que identificarse? ¿Podemos censurarlo por pretender encontrar sentido a su vida en la de otros? Y entonces nos encontramos a Poe, Kant, Joseph Merrick,... hipocondríacos como él, huérfanos como él, incomprendidos como él.
El asesino hipocondríaco es una novela dura y profunda, que genera reflexión y plantea problemas universales: incomprensión, soledad, culpa, que el autor muy acertadamente ha sabido endulzar con sentido del humor, y con una prosa ágil, a pesar de ciertos términos médicos que en nada entorpecen la fácil lectura, creando una novela entretenida."No hay carga más gravosa, no hay peso moral más insoportable de llevar sobre los hombros, que la absoluta certidumbre de que y naciste matando, desde el primer momento, desde el mismísimo útero materno, ya eligiendo entre tú y otro, entre tu vida y la de tu propio hermano. Aún nonato, aún sumido en las plácidas aguas del líquido amniótico, y ya asesino de tu sangre."
Huelga decir que la considero muy recomendable...
Para terminar quisiera dar las gracias a Deigar, administrador del blog Espiral de letras, que ha organizado esta lectura conjunta. Sin esta iniciativa, quizá hubiese dejado pasar la novela, una verdadera lástima.
PARTICIPANTES
1.- Isi2.- M.3.- Rachel Antúnez4.- Offuscatio5.- Laky6.- Carmen7.- Deigar
Marcapáginas 110