El astronauta de la Catedral de Salamanca

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

Parece que la famosa rana de la suerte de Salamanca tiene competidor: un astronauta. Y es que aunque hasta hace poco ésta era la reina de la ciudad estudiantil, muchas de las historias que circulan por la red han hecho aumentar el interés de los turistas a favor del astronauta. Menos mal que, al menos, éstas no comparten puerta.

Siempre se ha dicho que todo aquel que estudie en Salamanca, para aprobar la carrera, debe encontrar la rana entre la ornamentación de la fachada de la antigua universidad. Por supuesto, doy fe de que esto no es más que una leyenda llena de atractivo para estudiantes y turistas. Sin embargo, la verdadera admiración llega cuando, en la Puerta de Ramos de la Catedral Nueva, a escasos metros de donde está la rana, nos encontramos con un ¿astronauta?

¿Qué hace un astronauta en una catedral construida en el siglo XVIII? Y, si para el astronauta aún no había leyenda, ésta sólo era cuestión de tiempo. La mayor parte de la información que circula por la Red cuenta que los escultores de aquella época eran unos visionarios que predijeron la llegada del hombre a la luna. Otros, algo más realistas, cuentan que se esculpió con la llegada del hombre al espacio. Sin embargo, la realidad dista mucho de todas estas tontas historias ¡como le gusta a la gente inventar! El astronauta fue esculpido con el resto de la fachada en la restauración de 1993 con motivo de la exposición de Las edades del hombre. El contrapunto y su mirada, celebrada en la ciudad charra. La idea era crear un retablo de piedra que ocupara toda la entrada y que éste ofreciera un toque moderno a la catedral.

Además del astronauta, en la fachada de la Puerta de Ramos también se puede ver un toro, un lince, una cigüeña, un dragón comiendo un helado, así como otros símbolos que hacen referencia a la vida estudiantil. Igual la historia real le resta expectación a la escultura, aunque os recomiendo que, si tenéis ocasión de visitar Salamanca, os acerquéis a verlo, ya que aunque es más fácil encontrarlo que la rana, ambos recuerdan al juego ¿Dónde está Wally?