España está en manos de killer con auto licencia para expoliar, embargar, amenazar , meter en la cárcel a la gente sin previo juicio y matar si es preciso. Y todo ello con la legitimidad que le han dado las urnas. Con el silencio de un Parlamento inexistente y la cobertura de una judicatura irreal.
Ante esta situación se hace precisa ya una especie de “Resistance” para restaurar el poder y devolverlo a la ciudadanía. Los fascistas monclovitas con el felón a la cabeza deben abandonar España. Y para conseguirlo no hacen falta huelgas, sino parada absoluta. Una parada tan absoluta que la producción caiga de tal forma que la ruina sea total. A ver quién puede más. Nosotros somos muchos y solo nos falta entender que debemos ayudarnos, ellos son pocos, ladrones y avariciosos. Acabarán yéndose o se jugarán el cuello.
En esto de AENA la partitocracia se ha dejado ver. Los truhanes del PP callados como putas mientras los golpistas del PSOE le lanzaban un órdago a los controladores. Que nadie se engañe. O paráis el país o seguiréis la misma suerte cuando a ellos les plazca. Esto ha cambiado de la noche a la mañana, esto es ya una dictadura declarada. Se les ha visto completamente el plumero.
La traca de los controladores ha sido esta:
a) Se busca, con el decreto ley adhoc provocar a los controladores y su reacción, en el principio de un puente largo, que garantiza una cantidad de afectados numerosa.
b) Logrado esto se aumenta la conflictividad demonizando a éstos con la orquesta propagandista a todo volumen de emisión. El gobierno contribuye a ello con unas comparecencias ante la opinión pública cuidadosamente minutadas, con interrupción abrupta de los programas televisivos para ir adelantando el guión de lo que pensaban hacer. El modo operativo me recordó el del 23F, se buscaba socapa de lo contrario, intranquilizar y atemorizar al personal.
c) Utilizando un método, que también recuerdo de tiempos ominosos, el de militarizar a un conjunto de trabajadores civiles, se hace alarde de musculatura frente a un enano (pequeño, en aras de la corrección política vigente en cuanto a expresión) pretendiendo adecentar la deteriorada imagen de un ejecutivo incapaz y vacilante.
Resumiendo, estamos asistiendo a una representación chapucera y gratuita de cómo el gobierno de España es capaz de luchar corajudamente utilizando todas sus fuerzas de tierra, mar y aire contra un colectivo de unos cuantos centenares de trabajadores civiles para salvar a los españoles y por ende a la democracia. Y es que todos los sinvergüenzas creen que los demás son iguales que ellos.
El problema: Que estamos gobernados por impetuoso incultos y soberbios tarados que pueden serlo porque previamente, ellos mismos, han legislado para eximirse de toda responsabilidad.
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