Revista Psicología

El atractivo físico y personal en los adolescentes

Por Gonzalo

Pues bien, ¿cómo no van a existir problemas entre los jóvenes adolescentes, si sólo el 31% se dice: “Soy una persona físicamente atractiva”? La mitad lo duda. Y nada menos que la friolera del 19 % niega su capacidad de atracción. ¿Qué hacer? ¿Romper los espejos o regalarles uno que sólo refleje su lado bueno?  La verdad es que los estándares estéticos, azuzados hoy por los criterios comerciales de la engañosa industria publicitaria, son crueles con nuestros hijos y estudiantes adolescentes.

El atractivo físico y personal en los adolescentes

Atractivo atrayente

Especialmente, las mujeres sufren más el impacto y la agresión de la influencia de los prejuicios estéticos y de la moda como fenómeno social.  De tal manera, que esto puede afectar a la interpretación que los jóvenes hacen de su propio cuerpo, es decir, de su imagen (Eusebio Megías y Javier Elzo, 2006).  Y hasta qué punto puede calar todo ello en sus mentes nos lo demuestran sus respuestas a nuestro cuestionario: con una probabilidad de error de 1 por mil, podemos afirmar que las adolescentes se consideran no atractivas con mucha mayor frecuencia.

El atractivo físico y personal en los adolescentes

Angelina Jolie "producto para consumo"

Además, los criterios estéticos-comerciales referentes al cuerpo son inalcanzables e irreales, porque, en el fondo, tienen como objeto el lucro calculado y, como pretensión, la manipulación de los jóvenes y, a través de ellos, de sus padres. La comparación con los o las modelos o divos del momento son motivo de sumisión y fuente de infelicidad. En su lugar, hemos de buscar liberarnos, ser originales y fortalecer nuestra salud integral, nuestra calidad de vida y todas las emociones positivas que podamos; y, si son compartidas, pues mejor.

Lista para ser envidiada, admirada y deseada

De otra parte, y en estrecha relación con la consideración de ser una persona atractiva, hemos obtenido que casi un tercio de adolescentes duda acerca de si son apreciados por los demás. Lo más dramático se esconde en el 6% que niega tal aprecio.

Hay una serie de ideas corrosivas, que, en realidad, son errores o distorsiones cognitivos, que ponen la zancadilla a la estabilidad emocional de los jóvenes y al aprecio de sí mismo. Tales pueden ser, entre otras muchas (algunas amplificadas por las letras de las canciones al suo, como “¡Sin ti no soy nada!”): “no controlo mis sentimientos si sucede algo malo”, “mi felicidad depende de lo que suceda”. “si tengo contratiempos, tengo que reaccionar agresivamente”, “necesito que alguien me quiera para ser feliz”… Esto último lo cree el 14% y lo duda casi la cuarta parte de los jóvenes encuestados.

fuente: Adolescentes de hoy buscando sus valores   (Manuel Pintor e Isidro Pecharromán)


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