Quizás no hay mayor error que la creencia en ellos como un elemento únicamente publicitario y promocional de nuestros productos. Es decir, señores, el “autobombo” no gusta al resto de internautas. Precisamente, el efecto resultante de estas acciones será el opuesto al deseado. Las empresas o marcas que sólo hablan de sí mismas cansan y las que aportan valor gustan.
La marca ha de hablar de ella en ese nuevo canal de comunicación, por esa razón está presente, pero ¿dónde está el límite? El número de mensajes de autopromoción es difícil de determinar, no existe. Como referencia podríamos tomar la regla del 10/1; por cada 10 historias de interés general sobre una temática determinada podremos introducir un mensaje puramente promocional.
Creo firmemente que demostramos nuestra profesionalidad y experiencia cuando gestionamos marcas en redes sociales con información de calidad, artículos interesantes, creando una comunidad, atrayendo tráfico y apartamos la vista de ‘nuestro ombligo’.