Muchos hechos más contemporáneos se me quedan en el tintero, pero lo único distinto en nuestra época, es que los medios masivos de comunicación y el efecto de la globalización nos permiten saber en breves instantes lo que ocurre alrededor del planeta, lo cual genera una avalancha de noticias que producen una sensación artificial de estar viviendo un “apocalipsis” de eventos naturales y humanos. Antes cuando no había televisión, radio, internet ni ningún medio de comunicación rápido (o cuando occidente no tenia mucho contacto con oriente) este efecto era mucho menor, pero los desastres y malas noticias, al igual que ahora, tenían lugar en todo el mundo.
Mucha gente hoy en día se queja de que estamos avanzando hacia una sociedad mas “degenerada”, “moralmente relativista” y con una juventud cada vez mas irreverente – aunque esto último parece ser un fenómeno netamente humano y cíclico, ya los babilonios, egipcios y griegos se quejaban de sus jóvenes tratándolos de “malcriados, lujuriosos, groseros, irrespetuosos, vagos, entre otros”.
El avance de los derechos humanos, la razón, la educación y el retroceso de la intolerancia nos han permitido construir un mundo que muchos anhelarían en siglos y milenios pasados. Todo esto esta muy lejos de la visión apocalíptica que muchos predicadores propagan, creando en la gente un falso y artificial sentido de pánico por la espera del famoso “Juicio Final”.
Es importante recalcar en el caso de los terremotos, la supuesta sensación de que en las últimas décadas ha aumentado su frecuencia, es simplemente un mito urbano. Esta correlación se debe a que ahora tenemos más de 8 mil sismógrafos alrededor del mundo, mientras que, por ejemplo, en los años 30, solo habían 350; los movimientos telúricos ocurrían con similar intensidad que ahora durante toda la historia registrada».
De Charlatanes, Predicadores, 2012 y el Fin del Mundo
[Extracto del artículo del sitio web de la organización Asociación Escéptica de Chile]
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