Lo que sí conocemos son los llantos de los familiares, indignados por no saber donde están sus seres queridos, parece mentira que en pleno siglo XXI, el siglo tecnológico, sigamos buscando un avión sin saber a ciencia cierta el lugar donde pudo producirse el incidente.
Pero no podemos echar la culpa a los que continúan con las tareas de búsqueda de los aviones, porque buscar un avión en medio de un enorme Océano, es como buscar una aguja en un pajar.