El avispero sirio: La injerencia Rusa (Parte I)

Por La Cloaca @nohaycloacas

Publicado por Jon Aloses

Siria, como se le conoce comúnmente, o la República Árabe Siria como se la reconoce oficialmente por la ONU, es un Estado reciente (independizado de Francia en 1946) pero una de las naciones más antiguas que se conocen. Aún así, esta nacionalidad nunca ha sido lo suficientemente fuerte como para formar un país independiente, y prácticamente en la totalidad de su historia se ha encontrado bajo el yugo de una u otra civilización o imperios.

Como bien sabemos esta ausencia de unión como Estado se ha visto reflejada en los sucesos que acontecieron a la Primavera Árabe de hace cinco años. Lo que ha desembocado en una larga guerra civil que ha dejado destrozado la práctica totalidad del país. Esta guerra ha sido frecuentemente ignorada por los medíos españoles, europeos y occidentales en general, tan solo siendo partícipe de manera bastante sesgada para ofrecernos bombardeos del régimen de Bashar al-Asad o gráficas ejecuciones del Estado Islámico.

En cambio este último mes hemos observado una reactivación de las informaciones sobre esta tragedia debido a la incorporación de un nuevo actor dentro de la maraña de bandos y facciones que forman este conflicto. Estamos hablando ni más ni menos que de Rusia. A finales del mes de septiembre el Presidente ruso Vladimir Putin anunció el envío de un contingente de tropas de refuerzo y de aviones de ataque con la aprobación de ambos parlamentos, tras haber recibido la petición de ayuda por parte del régimen de al-Asad.

Situación actual del conflicto sirio a fecha del 02/11/2015, mapa interactivo disponible

Aunque en un principio la lucha en Siria nos presentaba dos facciones bien diferenciadas, por un lado la oposición revolucionaria y por otro lado los leales al régimen, actualmente el panorama es bastante distinto y la maraña de bandos y aliados se ha multiplicado convirtiéndose en algo más que una guerra civil. Con la introducción de Rusia en el desaguisado sirio queda claro que las razones de que el conflicto continúe traspasan las fronteras del Estado sirio y se convierten en razones estratégicas, económicas y geopolíticas.

Vladimir Putin anunciando el inicio de las acciones rusas en Siria.

Al contrario que en la mayor parte de los análisis, donde se sitúan en primer lugar las fuerzas que iniciaron el conflicto, en esta ocasión comenzaremos por orden inverso, mencionando primero los últimos actores en unirse a “la fiesta” y sus razones, puesto que al fin y al cabo son los que más tienen que ver en el desarrollo actual de la guerra: Rusia

Rusia lleva desde el inicio de la guerra dando apoyo político y armamentístico de bajo nivel al Régimen Sirio, abasteciendo sus necesidades básicas de municiones y equipamiento pero sin ofrecerle tecnología puntera para aumentar su capacidad bélica. Si lo ha hecho en cambio en el caso de Irak, donde fue el primero en mandar helicópteros y cazabombarderos de ataque a tierra cuando la sombra del Estado Islámico amenazó las cercanías de Bagdad.

En los círculos geopolíticos se consideraba que Rusia había abandonado a su aliado y estaba esperando tarde o temprano la caída de este. Pero este cambio de tendencia de la política Rusa tiene diversas razones según desde el punto en que realicemos el análisis. Intentaremos resumir las principales razones por la que Rusia interviene en Siria:

  • Protección y mantenimiento de la base naval de Tartús. Rusia tiene su única base naval del mediterráneo en Siria, al igual que pasó con Crimea es una muestra de la importancia que le da al mantenimiento de estas posiciones estratégicas.
  • Asegurarse la supervivencia del régimen Sirio, últimamente en decadencia tras largos años de guerra y múltiples frentes abiertos. El parlamento de Damasco aprobó la petición de ayuda a Siria por parte de Rusia y esta lo ratifico en su propio parlamento convirtiendo este movimiento en una maniobra perfectamente legal a los ojos de Naciones Unidas. En las próximas semanas veremos si la ayuda no se intensifica tras la visita del presidente Sirio a Moscú.
  • Imponer su influencia en Siria e Irak al régimen Iraní y al partido libanes Hezbollah, de confesión chií. Ambos participan en la ayuda al régimen Sirio con hombres y armamento. Rusia ha desplazado a todos los consejeros y generales que Irán había colocado para asesorar a las tropas gubernamentales.
  • Combatir el seno del terrorismo islámico, Rusia tiene amplios antecedentes de lucha contra el terrorismo, especialmente en las regiones limítrofes con el Cáucaso (Chechenia y Daguestán) que nutren de terroristas las filas del conocido Estado Islámico, Frente al-Nusra (Al Qaeda en Siria), Frente Islámico, etc. Si consigue combatir de manera efectiva a estos grupos en Siria se ahorra que a su regreso ocurran nuevos ataques en su propio territorio.
  • Forzar al resto de potencias, tanto territoriales como mundiales, a aceptar que es mejor la alternativa de Bashar al-Asad que el Estado Islámico y los rebeldes moderados venidos a menos.
  • Aunque menos importante, Rusia saca a relucir alguno de sus nuevos juguetes: los cazabombarderos tácticos SU-34 Fullback y el caza de superioridad aérea SU-30 Flanker-C. Así mismo ha realizado lanzamientos de misiles de crucero desde el Mar Caspio en una demostración de que aún dispone de capacidad militar internacional. También ha desplegado diversos sistemas terrestres de control aéreo, comunicaciones y diversos tipos de artillería móvil como el TOS-1 Buratino, también de estreno en Siria.

Situación de las bases y flotas utilizadas así como de todo el material bélico desplazado a Siria por la Federación Rusa

Así pues la alternativa que plantea Rusia tras un mes de incursión directa en el conflicto sirio queda clara: apoyar activamente en los frentes en los que el Gobierno Sirio se enfrenta a la oposición, los llamados rebeldes moderados que han sido apoyados con financiación y armamento por parte de Arabia Saudí y Qatar, y entrenados por parte de la CIA con bastante poco éxito (hablaremos más delante de esto). De esta manera elimina la posibilidad de plantear una alternativa democrática a las fuerzas del régimen. Lo cierto es que esta alternativa, que en un principio parecía la más lógica y plausible, ha sido gradualmente perdida tras las continuas alianzas por parte de los grupos considerados moderados con grupos islamistas como Al-Nusra o el Frente Islámico, ambos han demostrado que en territorios compartidos han impuesto la sharia como forma de gobierno en contraposición a las ideas democráticas que exhibe el venido a menos Ejercito Libre Sirio. Este último solo parece que vaya a conseguir democratizar las zonas que controla en colaboración con el YPG, siendo su fuerza más bien pequeña en comparación a las fuerzas kurdas.

Mapa que muestra los bombardeos realizados por la aviación rusa en comparación a EEUU, la mayor parte a zonas bajo control del Ejercito Libre Sirio, al-Nusra, Frente Islámico y afines

Por tanto una vez eliminada la amenaza que acecha la parte oeste de Siria, sólo quedarían ante la comunidad internacional el régimen de Bashar, el Estado Islámico y la recientemente declarada región autónoma Kurda de Rojava (de ideología social-comunista y considerada terrorista por Turquía y la OTAN); en cuyo caso se sobreentiende que existiría un acercamiento a la postura de apoyo al régimen por la mayor parte de la comunidad internacional. En contraposición a esto tenemos a Turquía, Israel y las monarquías autoritarias del Golfo: Arabia Saudí y Qatar. Recientemente el presidente Putin se reunió con representantes de la casa de Saud en la ciudad rusa de Sochi, por lo que se presupone que existe algún punto de acuerdo ante una eventual salida de Al-Asad.

Vladimir Putin con el príncipe heredero Saudí, su primer ministro y su ministro de defensa

De la misma manera también ha habido conversaciones amigables con el Estado de Israel, no así con Turquía, que muestra una actitud menos tolerante y sus constantes guiños al Estado Islámico ponen en duda la supuesta laicidad de su Estado y la creencia de su apoyo oculto a daesh crece exponencialmente.

Tanto Arabia Saudí como Israel son enemigos acérrimos de Bashar al-Asad, pero lo son aún más de Hezbollah y el régimen Iraní. Los dos saben que Siria tras cinco años de guerra esta arrasada y no representa una amenaza militar para ninguno de los dos Estados, en cambio la presencia de Hezbollah y sobre todo de Irán en el teatro sirio no representa para nada los deseos de las dos potencias aliadas, que Rusia sustituya y desplace a ambos como principal coordinador de las acciones sirias les tranquiliza mucho.

Reunión del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu con Vladimir Putin

Lo cierto es que tras unas primeras reacciones tras la intervención de Rusia que hablaban de un aumento de la tensión y una escalada de hostilidades que podía llevar a la tercera guerra mundial la jugada de Putin nos está demostrando lo que cierta parte de la izquierda se niega a ver, Rusia ya no es la Unión Soviética sino un país completamente capitalista bien adaptado a la dinámica económica mundial y que claramente sabe jugar sus cartas. Ha sido una sorpresa cómo ha mediado en este conflicto reuniéndose con prácticamente todos los actores y cogiendo la batuta para coordinar todos los movimientos.

Además aún estamos pendientes de la deriva que Rusia puede adoptar tras el supuesto derribo por parte del Estado Islámico (reivindicado pero no confirmado) de un vuelo repleto de turistas rusos en una zona remota y de difícil acceso dentro de la península del Sinaí, en Egipto. Debemos recordar que los actuales dirigentes de Egipto están combatiendo al daesh en esa zona y tras este suceso las relaciones entre el general Al-Sisi y Rusia pueden aún aumentar, al fin y al cabo Egipto es uno de los principales orígenes de combatientes extranjeros en Siria y es algo que no gusta a la Junta Militar Egipcia. Ha habido diversos medios que han pronosticado una intervención militar mayor por parte de Rusia si se confirma la autoría del daesh pero esto es prácticamente imposible. Tenemos que tener en cuenta que la economía rusa no está en su mejor momento tras la gran bajada de precios del crudo y una intervención extranjera lleva consigo un gran aumento del gasto, estamos seguros de que esta intervención tiene fecha de caducidad y posiblemente no llegue al año. Es por ello que una intervención terrestre es prácticamente inviable en términos económicos, a parte de ya por si el hecho de que conllevaría la pérdida de vidas humanas rusas y podría poner en riesgo la credibilidad de Putin, nadie en Rusia quiere ver repetido el fracaso de Afganistán o la primera invasión de Chechenia.

Los próximos seis meses dictaminarán la continuidad de la intervención de Rusia, si no consiguen avances y la situación se estanca es muy posible que tenga que retirarse y veamos la primera derrota de facto del zar”. Esto dependerá de cómo siga la deriva en el campo de batalla y sobre todo de cómo reaccionen el resto de potencias, especialmente nuestro próximo protagonista: Estados Unidos y la coalición internacional que lidera.