La ciudad de Mandressla ha sufrido el ataque de una horda de monstruos que está sumiendo la ciudad en el caos. La única opción de salvarla la tienen en sus manos los jugadores de rol que recrean la partida.
Obviamente esta sinopsis no se parece en nada a la que reza la contraportada, pero se acerca mucho a lo que yo he visto y que realmente no sé como explicar mejor, pues no me he enterado de la misa a la media de la novela.Lo siento, pero no he sabido encontrarle puntos positivos a esta novela. Esperaba tanto... y me ha aburrido tanto... que no puedo decir nada bueno. Sí, ya sé que prometí no escribir más reseñas sobre libros que no me hubiesen gustado, y mucho menos escribir críticas destroyer pero, en este caso, me he sentido tan, tan decepcionado que me apetece mucho contar el porqué.
Por otro lado, tampoco he encontrado muy creíble la escenificación rolera. En ningún momento me he sentido identificado con que se tratase de una verdadera partida de rol. Ojalá me hubiese encontrado en alguna ocasión con un DJ que crease una atmósfera tan perfecta y rica y me metiese tanto en el ambiente. Cuesta en este sentido también, seguir la trama, la continua alternancia capitular entre Mandressla y el mundo real hace que pronto se pierda la noción del tiempo y resulte difícil reconocer que personaje corresponde a cada jugador.
En justicia he decir que Cañadas crea un mundo muy rico del que se podría sacar mucho partido en concepto de background para partidas reales o para una novela únicamente ambientada en el fantástico reino de Mandressla evitando experimentos metáforicos o metafísicos pero, salvo esto, nada más puedo decir que me haya gustado.
En consecuencia no puedo recomendar esta novela. Descúbrela, si quieres, por ti mismo y ya me dirás que te ha parecido.Y de nuevo ante una crítica de este cariz, he de aclarar que está es mi opinión, de nadie más. ¡Que le voy a hacer! A mi no me ha gustado lo más mínimo.