Luis Landero
Tusquets Editores
245 páginas
Sinopsis:
Un escritor (el propio Landero, imagino), ante la crisis de la "página en blanco", empieza a recordar su infancia y adolescencia. Y solo trata de eso.
La última novela de Luis Landero me ha parecido la peor de las que he leído de él. A años luz queda la famosa "Juegos de la edad tardía" que lo catapultó a la fama. También es cierto que tras esa, su producción, escasa, ha estado por debajo de lo esperado, manteniéndose, no obstante, en un nivel aceptable o incluso destacable (aunque con cierta tendencia a la "densidad" de prosa y al exceso descriptivo). "El balcón en invierno", sin embargo, no es ni siquiera una novela, si entendemos como tal un relato con inicio, nudo y desenlace, conflictos, intriga, etc.
No podría decir que esta obra es un bodrio o una basura. No cabe duda de que está bien redactada (¡qué menos!), muestra un extenso vocabulario relacionado con el mundo rural del que proviene el autor, muchos de cuyos términos ya se han perdido para siempre, tiene algún tropo logrado, algún destello de genialidad y buena escritura. Pero eso no es suficiente. Y más cuando se espera un tour de force o una obra a la altura de su renombre.
El contenido no es nada original y más bien parecen unas memorias (dicho menos finamente: el autor nos cuenta su vida, que, por desgracia, tampoco es un ejemplo de aventura y exotismo). Dejando aparte la decoración o maquillaje que haya podido hacer sobre los hechos, estamos ante una obra de no ficción, que trata de hacerse pasar por ficción con trucos como el del primer capítulo, presentar a un autor en crisis y crítico con la literatura, casi depresivo, en un momento crepuscular de su existencia que parece el protagonista pero no lo es. Sus reflexiones me han parecido lo mejor de la obra, pero luego no profundiza en ellas y queda el asunto literario/metaliterario como en el aire.
Landero regresa al pasado y nos cuenta historias de pueblo, de familias, de gallinas en el huerto, de campesinos emigrados a la ciudad, de primos inventores, de postguerra (sí, postguerra otra vez), en un estilo arcaico (que los críticos llaman "cervantino") y nostálgico, adecuado al tipo de situaciones descritas, pero que no aporta tampoco nada nuevo a su producción ni a las letras españolas. Puede haber gente a la que le guste, no lo niego. Es tan real como la vida misma y seguro que todos tenemos abuelos y padres que han experimentado vivencias similares.
El libro, todo hay que decirlo, no aburre en ningún momento, ya que está bien escrito y eso disimula un poco el vacío y la falta de ideas. Recurrir a la propia vida y contarla tal cual suena a recurso de quien ya no sabe qué contar ni para qué, ni más ni menos como el alter ego del autor que aparece en el primer capítulo y luego en escasas ocasiones a lo largo de la narración.
Otro punto positivo es que es breve...
En resumen, unas memorias de estilo retro, bien escritas, pero dirigidas básicamente a degustadores de prosas con aire antañón y a los fans de Landero, si es que anhelan conocer los avatares de su vida, tan común y corriente como la del resto de los mortales.
Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión. Insultos o comentarios personales sobre las administradoras no saldrán publicados, solo comentarios de los libros.