Total, que he vuelto. Y menos mal que estoy zen y contenta, porque todo son problemas, problemillas, problemazos. Menos mal que eso, yo zen. Nada me afecta, todo me resbala. Ommm.
Eso sí, desde ayer suena a todo trapo desde mi mesa esta canción. Yo no digo nada y lo digo todo.
«Y cada día que paso en el balneario se acrecienta mi odio a este mundo ingraaato, aumenta mi pasión por el asesinato, mi único deseo es mataaaaaaaaaar....»
*Especialmente dedicado a T., que me descubrió aquí a los pingüinos...