Eran las 3 de la madrugada y volvía con mis amigos de tomar unas copas en un bar de Houston, en texas donde resido desde hace algunos años tras haber sido contratado por una empresa de hidrocarburos.
Mis amigos son todos latinos o más bien de origen latino, hijos de emigrantes mexicanos, salvadoreños y guatemaltecos que son los que más abundan en el área, por eso me gusta salir con ellos, cuando quiero expresar algo en español, ellos me entienden y además me corrigen por que hablan un perfecto inglés.
Bueno, como iba diciendo, salimos de fiesta y queríamos tomar un café antes de irnos a la cama, así que fuimos a una cafetería que está abierta las 24 horas (típico made in USA). Aquella cafetería estaba realmente sucia y el tipo de gente que iba era un tanto rara, noctámbulos, borrachos, mediums y chicas de alterne, pero la comida y el café que allí servían hacían que valiera la pena la visita.
Me dirigí a los baños, creo que nunca había estado en unos baños tan sucios, en Estados Unidos cuidan mucho la higiene de los lavabos pero aquel olía a orín y estaba sucio y lleno de pintadas.
Me encerré en el único baño limpio que vi y me llamaron la atención sus pintadas, entre dibujos animados y juegos de Bob Esponja se podían ver inscripciones demoníacas, el número 666 pintado en rojo y advertencias que decían que ese baño estaba maldito.
Cuando me dispuse a salir del baño, la luz se apagó de repente, la puerta se atrancó y pase los peores minutos de mi vida. Tuve que esperar 10 minutos hasta que llegara otra persona y diera la voz de alarma. En el rato que pasé allí solo escuche gritos, susurros y la presencia de alguien.
Por din alguien entro en los lavabos y las luces volvieron de nuevo, las pintadas terroríficas de la puerta habían desaparecido en su mayoría y la luz volvió de repente.
Mis amigos se rieron de mi, pero cuando la camarera se acercó a cobrar confirmó que ese baño estaba encantado, que al parecer murió allí una adolescente que había sido maltratada por su familia. Su propio padre le había proporcionado tal paliza que sufrió un derrame cerebral mientras estaba haciendo sus necesidades en el baño.
Nunca más volví allí, fue algo aterrador.