La premisa que ya avanzaba el sugerente tráiler con que se promocionó la película resulta bastante llamativa, con un pequeño grupo de personajes que quedan aislados en el interior de un bar mientras comprueban que en el exterior todo el mundo ha desaparecido. Y cada vez que alguien sale fuera del bar, muere de un disparo. Alex de la Iglesia aprovecha esta situación tan peculiar para enganchar al espectador mientras aplica su particular sentido del humor al tono de la película. Al igual que los personajes, nosotros tampoco sabemos qué está pasando hasta que el guion decide explicarlo a mitad de metraje. Ahí se pierde un poco la sorpresa, pero también es el punto de inflexión que marca el cambio hacia el desmadre.
Aunque me suele pasar el efecto contrario, curiosamente "El Bar" me funciona mejor cuanto más excesiva se vuelve, ya que los tiempos muertos o los momentos en los que la única acción es verbal están para mi gusto muy poco aprovechados. Pese a ello, la labor de dirección me parece impecable, logrando algunos momentos muy vistosos totalmente made in De la Iglesia.
Algo parecido sucede con los actores, siendo el mejor ejemplo de esto el trabajo de Blanca Suárez, que luce poco hasta que se convierte en una auténtica survival queen culminando en lo mejor de la película en la secuencia que vemos durante los títulos de crédito. Del resto del plantel creo justo destacar a Jaime Ordóñez, que roba la función gracias a su histriónico personaje. Los demás cumplen correctamente, pero para mi gusto la mayoría podía haber dado algo más de sí.
Una vez más, Alex de la Iglesia firma una película inclasificable que tiene partes de thriller, de acción, de terror y, por supuesto, de comedia negra. El gran valor de «El Bar», que puede ser extrapolable a buena parte del cine del director, es la demostración de un estilo propio e irrenunciable que, guste más o menos, se sale de lo habitual.
Mi nota: 6,5