Mickeal intenta robar la pelota a Jomantas -EFE.
La espalda de Navarro es tan capital como la rodilla de Messi en la sección de fútbol. Nadie se imagina un Barça sin sus principales embajadores en el campo y entre el aficionado general. Ambos comparten compromiso y liderazgo y nunca escatiman en sacrificio, pues ven en el conformismo una señal de debilidad. Un día antes el 10 futbolero no se quiso perder un partido de vuelta resuelto ante el Ceuta y, horas después, el 11 baloncestístico no aceptó perderse un encuentro trascendental ante el Lietuvos Rytas. No por la identidad del rival, que no cuenta con ningún triunfo en las cuatro jornadas disputadas, sino por el hecho de que los azulgrana habían perdido los dos últimos en el Palau. En su casa habían mostrado la peor cara y requerían de un triunfo de imagen de confianza. Navarro, dosificado por Xavi Pascual como cuando alguien se come un pastel a mordisquitos para que no se acabe, fue el ejemplo (ocho puntos en nueve minutos y gestos de dolor constantes) para un Barça que se repuso de un inicio minúsculo (diez puntos en el primer cuarto) para acabar ganando por 69-55. Como La Bomba, Mickeal también arrastraba problemas físicos, en este caso, en sus rodillas. Nada le impidió al estadounidense ser el máximo anotador del encuentro con 16 tantos y convertirse en el faro de un equipo que continúa a un triunfo del Fenerbahçe, líder del grupo C y único invicto de la presente Euroliga.Retrocedió el Barça ante el aro, como si le diese repelús buscar a sus jugadores interiores cerca de canasta, la situación en la que había logrado sus dos primeras canastas, imposibles de fallar. Pero los azulgrana se fueron a la línea de tres, capricho en el que caen a veces, sea por falta de elaboración de su propio ataque o por virtud del rival. Lakovic, totalmente desenfocado, era una escopeta de feria (no anotó hasta su séptima tentativa) y Sada se veía superado una y otra vez por El-Amin, un pequeño jugador con un dorsal extravagante (42) y aspecto peculiar: barba generosa en una cabeza rapada. El base de Lietuvos Rytas asumió y recibió toda la responsabilidad de su equipo, tanto que lanzó cuatro de las cinco canastas de su equipo, refugiado prácticamente siempre en una defensa zonal 2-3.
Vázquez, de récord
La persona encargada de ir actualizando el resultado en el marcador pudo haber optado por echar pequeñas siestas en un período inicial (10-11) repleto de errores, lentitud y con un único jugador más veloz que el resto, Vázquez. Rápido para lo malo, pues apenas habían anotado los cronistas su entrada que ya apuntan en sus papeles que el pívot gallego volvía al banquillo. Vázquez, en uno de los peores partidos que se le recuerdan, acabó eliminado con -6 y sin haber lanzado ni una canasta.
Timorato e irregular, los azulgrana se encomendaron a Mickeal como Lietuvos Rytas hizo con El-Amin, el impulsor de que los visitantes se marcasen 14-17 (a los 11m 49s). Pascual exigía a sus jugadores que no se despistasen en defensa y que las canastas llegaron. Los azulgrana enfocaron a la zona y ahí, soberbio, apareció Perovic, alicaído hasta ahora, que funcionó como el mejor Vázquez para anotar 12 puntos. Surgió el pívot serbio y sobresalió Navarro en un momento para firmar un 10-0 que tranquilizó al equipo y al público, pero que no descompuso al Lietuvos Rytas (34-25 al descanso). Después de haber fallado los primeros seis triples, los azulgrana había encadenado tres aciertos consecutivos. Un colchón grandioso en un encuentro tan rácano en puntos.
El Barça, más aseado, coral y alegre, se reconoció bajo la batuta de Ricky y el martillo de sus interiores. Un período en el que Gecevicius festejó sus dos triples, los únicos de los visitantes en todo el encuentro (2/18). Nulos en el juego exterior, lo mejor del Lietuvos Rytas (El-Amin aparte) fue ver el desparpajo y la habilidad de Valanciunas, que hace unos meses fue nombrado MVP del prestigioso Trofeo Júnior de l’Hospitalet y que por el que se interesó el club azulgrana. Le falta picardía todavía a Valanciunas, que sería eliminado poco antes del final del penúltimo epríodo, justo antes de que Morris pusiese la máxima renta del partido con un triple. La misma diferencia con la que acabaría el partido, un ejercicio de profesionalidad de Navarro y Mickeal. La mejor manera de recuperar la confianza para Perovic y una mancha negra para Vázquez.
Barça (10+24+17+18) 69: Sada, Lakovic (2), Ndong (6), Lorbek (8) y Grimau (2) –quinteto inicial–, Ricky (5), Navarro (8), Perovic (12), Vázquez, Morris (10) y Mickeal (16). Lietuvos Rytas (11+14+12+18) 55: El-Amin (10), Bajramovic (4), Babrauskas, Valanciunas (10) y Jomantas –quinteto inicial–, Siksnius, Milosevic (10), Bjelica (13) y Gecevicius (8). Eliminados por cinco faltas personales Frank Vázquez y Valanciunas.