Hace unas semanas se estrenó con gran bombo una nueva serie nacional: El Barco. Alguno de vosotros ya me envió en su día un correo avisándome sobre el punto de partida del argumento. A saber, un accidente en un acelerador de partículas provoca la creación de un pequeño agujero negro, de forma que toda la tierra emergida se hunde, dejando a nuestros protagonistas como únicos supervivientes del planeta, navegando sobre una Tierra completamente cubierta por el océano. No recuerdo que en la serie se mencionara explicitamente, pero dado que sí se indica que el accidente ocurre en Ginebra, parece evidente que se refieren al famoso LHC del CERN, del que tanto se habló en su día. Como recordaréis, algunas voces se alzaron contra el acelerador, diciendo que podría destruir la Tierra, y esta serie se basa en una de las supuestas amenazas del LHC: la creación de un agujero negro.
Antes de empezar, os recomiendo encarecidamente que leáis la entrada «Falacias – El LHC puede destruir la Tierra» del extraordinario blog El Tamiz. Ahí podréis leer por qué las alarmas apocalípticas de algunos no tienen ningún fundamento, así que no voy a repetir lo mismo aquí. Más bien me centraré en algunos detalles sobre la explicación que dan en la serie. Os dejo un fragmento del episodio 3, donde la científica explica al resto de la tripulación lo que ha ocurrido
Bueno, lo que más llama la atención es que digan que en el acelerador se creo antimateria, añadiendo: «es lo que vulgarmente conocemos como agujero negro». No hombre, no. La antimateria y los agujeros negros no tienen absolutamente nada que ver.
Hace tiempo expliqué qué era la antimateria. Resumiendo un poco, por cada partícula subatómica existe una antipartícula, con las mismas propiedades, solo que algunas de ellas tienen signo contrario. Los casos más fáciles de entender son los positrones (antielectrones) y los antiprotones, que tienen igual masa que sus contrapartidas, y carga eléctrica de signo contrario (el positrón es positivo y el antiprotón negativo). Pero las partículas sin carga eléctrica, como los neutrones o neutrinos, también tienen su correspondiente antipartícula (antineutrón y antineutrino, respectivamente). Entonces comenté también que una de las características de la antimateria, es que se aniquila en contacto con la materia, liberando una enorme cantidad de energía (concretamente, la indicada por la famosa ecuación E=mc2). También mencioné que la creación de antimateria en un acelerador de partículas no es nada extraordinario, y es algo que ocurre rutinariamente.
También expliqué en su día qué es un agujero negro. Resumiendo también, se trata simplemente de un objeto muy denso. Tanto, que podemos acercarnos a él hasta un punto en el que la gravedad es tan intensa que la velocidad de escape supera a la de la luz (recordad que la gravedad es directamente proporcional a la masa e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia). Como veis, la antimateria y los agujeros negros son conceptos diferentes.
Ni la antimateria ni un agujero negro creado en un acelerador de partículas suponen peligro alguno. La cantidad de materia y antimateria que se aniquila es minúscula (unas cuantas partículas subatómicas), y la energía que libera dicha aniquilación es la misma que la que se utilizó para generar la materia y antimateria en primer lugar (menos, en realidad, ya que las máquinas no son 100% eficientes). Y un agujero negro subatómico, aún en el caso de que perdurara (en realidad, desaparecería instantes después de su formación, debido a la radiación de Hawking), apenas interactuaría con la materia.
El mundo subatómico está prácticamente hueco. Las distancias entre partículas son enormes, comparadas con su tamaño. Cuando comenté los neutrinos mutantes de la película 2012, vimos que estas partículas apenas interactuaban con la materia porque la distancia efectiva de la interacción débil era muy pequeña. La distancia a la que un agujero negro subatómico hace sentir su presencia gravitatoria de forma efectiva, es aún menor.
Vamos a hacer algunos números. La distancia máxima a la que la interacción nuclear débil es efectiva es de unos 10-18 metros. Esto quiere decir que para que un neutrino interaccione con otra partícula, debe acercarse como mínimo a esa distancia. Vamos a suponer que creamos un agujero negro comprimiento un núcleo de uranio-238, que tiene 92 protones y 146 neutrones. He elegido deliberadamente un núcleo extremadamente pesado, por ponerme en el caso un agujero negro muy masivo (subatómicamente hablando, claro). El radio de Schwarzschild (el radio del horizonte de sucesos) de un agujero negro con esa masa sería de casi 6·10-52 metros (y he redondeado hacia arriba). Es decir, es miles de quintillones de veces menor que la distancia máxima de la interacción débil. Vale que no es necesario que una partícula se acerque al horizonte de sucesos para que sea atraida por la gravedad, pero la descomunal diferencia de órdenes de magnitud nos indica que la interacción de un agujero negro subatómico con la materia, es mucho menor que la de los neutrinos (que ya vimos que es muy, pero que muy pequeña).
Bien, sigamos. Vamos a suponer que el agujero negro es mucho más masivo de lo que jamás se podría obtener en un acelerador de partículas. La doctora nos dice que el agujero negro «engulló masa tecónica, provocando el corrimiento de las placas», y que «los continentes fueron cayendo uno a uno, como si fuera un dominó, quedando sepultados por los océanos».
La tecónica de placas es algo de lo que también hablé un poco hace tiempo, pero vamos a recordar lo más básico: La corteza terrestre está dividida en placas tectónicas que «flotan» sobre el manto. Todos los bordes de estas placas siempre están en contacto, de forma que no hay partes del manto al descubierto. El grosor de las placas no es uniforme, y por eso hay partes de tierra emergida (donde el grosor de la placa es elevado) y partes sumergidas en el océano (donde el grosor es menor). Hay zonas de contacto donde las placas se separan y se genera nueva corteza (el manto que sube y se enfría), y hay otras donde las placas se acercan, y parte de la corteza se «arruga» hacia arriba formando cordilleras, y parte se hunde en el manto.
Si la cantidad de masa oceánica es la misma, para que un continente quede sumergido, toda esa masa terrestre debe hundirse un poco en el manto de alguna forma, bien porque la placa entera se hunda, bien porque se deforme (como una membrana elástica) y sólo la zona continental lo haga. Así que se supone que el agujero negro provoca el hundimiento de los continentes, y la pregunta es ¿cómo puede hacerlo desde la superficie? Uno podría pensar que al absorber la materia a su alrededor, el agujero negro se hunde y llega hasta el núcleo, donde sigue absorbiendo materia, y haciendo que las placas tecónicas se hundan un poco (y para eso, insisto, tendría que ser muy muy masivo).
Pero no es el caso, ya que mientras la científica nos explica lo que ocurre, se nos muestra al espectador una vista de la Tierra, donde una especie de onda con origen en algún punto entre Francia y Suiza, se expande por el globo. La referencia a que los continentes eran afectados uno a uno como en un dominó, nos indica tambien que sea cual sea el mecanismo concreto, acuaba en la superficie (o al menos, en la corteza). Aun creyéndonos que el agujero pudiera hundir parte de la placa donde está Europa, ¿por qué se hunden las demás? Imaginad que estáis en un estanque con nenúfares, todos muy juntos, y empujáis uno de ellos hacia a abajo. ¿Se hundiría el resto?
Bueno, un sólo monólogo que ha dado para mucho.