El barrio de Madrid que pidió la independencia de España

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Si hay una palabra que está en boca de todos y resonando con fuerza en los últimos tiempos, ésa es " independencia". Un término que ha permitido que salga a la luz un episodio, entre desconocido y olvidado, que hace casi tres décadas sacudió la capital con virulencia, la historia de Cerro Belmonte, el barrio de Madrid que se quiso independizar de España.

Estamos en el año 1990, en aquel periodo de pleno pelotazo del ladrillo, el Ayuntamiento de Madrid, dirigido entonces por Agustín Rodriguez Sahagún, se planea entonces un plan urbanístico que lleve consigo la expropiación de más de un centenar de familias que habitaban en este humilde barrio, instalado al norte de la capital en el actual Valdezarza, para mandarlos a Vallecas y Villaverde.

A los vecinos de Cerro Belmonte no les gustaron ni el fondo ni las formas, ya que el Ayuntamiento les ofreció una indemnización irrisoria que no superaba las 5.018 pesetas por metro cuadrado mientras que, los enfurecidos, veían como a escasos metros, los nuevos bloques que se iban levantando multiplicaban por mucho ese valor. El desahucio era una amenaza real así que los inquilinos de la zona, cabreados y desencantados, optaron por una medida tan radical como surrealista, pedir la independencia de España.

Hubo encierros en iglesias o apariciones en los medios pero, la más llamativa de todas las medidas adoptadas por los vecinos fue pedir asilo político a Cuba, una ocasión que el Gobierno de Fidel Castro vio perfecta para enaltecer las bondades de su régimen, en favor de los más necesitados o débiles. Por ello, pusieron billetes de avión a 20 habitantes de Cerro Belmonte y los enviaron a Cuba donde disfrutaron diez días a gastos pagados por el régimen cubano y fueron recibidos con honores de estado. De hecho, i ncluso Fidel Castro dedicó más de media hora en uno de sus discursos a predicar y dar a conocer la injusticia cometida en este barrio del norte de Madrid.

Aquello dio todavía más repercusión a este desafío independentista que vivió su capítulo álgido el 5 de septiembre de 1990 cuando se celebró el referéndum. Aquel día, en unas improvisadas urnas de cartón los vecinos votaron por el futuro de su barrio. El resultado fue arrollador. De 214 votos, 212 papeletas apostaban por la independencia de España de Cerro Belmonte. A partir de ahí, se puso en marcha la modesta maquinaria y se diseñó la bandera, el himno e incluso se acuñó una moneda propia, el 'belmonteño', que curiosamente tenía un valor equivalente 5.018 pesetas. Hace unas líneas ya os he desvelado el porqué de este valor. La independencia era un hecho.

Esta situación duró una semana, hasta que el Ayuntamiento de Madrid viendo la tozudez y decisión de estos vecinos que nos recuerdan a cierta aldea de galos famosa en el mundo del cómic, decidió frenar y anular las expropiaciones. De este modo concluyó la odisea y aventura de estas tres hectáreas de valerosos habitantes y las aguas retornaron a sus cauces y ya los vecinos, con el paso del tiempo, pudieron ir negociando unas condiciones mucho más favorables. Sin duda, un curioso episodio que al menos yo desconocía y que la revuelta actualidad se ha encargado de sacar a flote.

Imágenes extraídas de El Español y de El País.