Es uno de los barrios más bellos de Andalucía, prototipo de las obsesiones arquitectónicas del sur, escenario de pasiones románticas, dédalo de calles serpenteantes y umbrías.
Plazoletas soleadas y naranjos en flor que exhalan un embriagante olor a azahar. Es el aroma de Sevilla.
Durante los años de la dominación almohade Santa Cruz era conocido como el Alcázar de la Bendición, un espacio llano no muy lejos del Guadalquivir, entre las puertas de Jerez y la Carne.
La tradición dice que cuando Sevilla cayó en manos de Fernando III, un 23 de noviembre de 1248, los almohades entregaron al monarca castellano la llave de la ciudad y los judíos la de la judería.
Hoy, aquellas llaves maestras se conservan en el Tesoro de la Catedral.