El barrio -el otro-

Por Ciryab

No tiene, digamos la solera, ni por supuesto es señero. Aquí se mezcla lo no tan antiguo  con lo moderno, aunque quizás sea sorprendente, que en algunos sitios baste escarbar tan solo medio metro para encontrar restos del arrabal califal.
En este impersonal barrio, donde reina el cemento y el ladrillo, el amo de la pista es el coche. Lo positivo es, que en su parte moderna es diáfano, y esto otro que no sé si es positivo o no, son sus muchos, muchísimos bares.
En este – mi actual barrio- hay un parque, un “oasis” donde tomar el sol en invierno y pasear en primavera. Hasta que llegue la “caló” y lo ponga todo patas arriba.