Pero un penalti a favor fallado por Ozil, provocado por su talento y marrado por su preocupante parsimonia, y otro en contra que le costó la roja a su portero tras arrollar a Robben, amén de la lesión de Gibbs a la media hora, fueron demasiados obstáculos a sortear ante un equipo como el alemán, menos fiero de lo esperado en el 11 contra 11 pero imparable contra 10. Cierto es que Alaba también falló esa pena máxima en el minuto 40. No obstante, la inferioridad numérica 'gunner' se fue haciendo notar y el Bayern, que ya había ido adueñándose poco a poco del balón en el final de la primera mitad, terminó de comer el terreno al Arsenal, todo y más, hasta encontrar el primer gol, en el minuto 54, con un disparo tremendo desde la frontal y a la escuadra del genial Kroos.
El equipo de Guardiola terminó por encerrar al Arsenal en su área, que veía venir a los alemanes como un boxeador los puñetazos. Robben por un lado, Kroos por el otro, y por todos Muller. El conjunto alemán terminó en modo apisonadora y lo extraño es que al final solo cayera un segundo gol, ya al final, tras un cabezazo de Muller, que deja casi cerrada la eliminatoria.