Este miércoles se enfrentaron por los partidos de ida de la Champions League, el super Bayern Munich de Josep Guardiola frente al Arsenal. Los bávaros visitaron Londres y dominaron gran parte de las acciones, acorralando a los ingleses en su propia cancha. A Wenger se le salió el partido de las manos, desde que empezó a jugar con desventaja numérica por la expulsión de Szcezny en el primer tiempo y no pudo contener la avalancha alemana.
Los inicios del encuentro fueron extremadamente movidos, al principio, el cotejo cumplia con todas las expectativas que se habían creado previamente. Para la sorpresa de muchos, era el Arsenal quien dominaba las principales acciones, manteniendo al margen al Bayern, cubriendo bien los espacios y sin permitir las proyecciones por las bandas.
El momento crucial llegó en una falta que hizo el defensa Boateng sobre el alemán Mesut Ozil, al momento de que este último enganchará hacia dentro en la banda derecha y el zaguero del Bayern le dejara su pie izquierdo para derribarlo. El principal sentenció penal y el encargado de cobrarlo iba a ser el mismo Ozil. Desde que sonó el pitazo, Mesut se notaba muy dudoso, mirando a su compatriota Neuer en varias ocasiones y cobró la pena máxima directo al centro y el meta sacó el balón.
Desde esa acción, Ozil no sería el mismo, el bajón de juego fue importante lo que repercutió además en un bajón para el Arsenal. Por si fuera poco, en una jugada muy rápida del Bayern, Robben quedaría mano a mano con Szcezny, punteó el balón pero el arquero polaco lo derribó en una acción que era manifiesta de gol. El árbitro no dudó en expulsarlo.
Wenger tenía que replantearse y terminó por sacar a Cazorla, que hacía un buen partido, para meter bajo los palos a Fabianski. No obstante, Alaba, se encargó de cobrar y fallar el penal, mandandolo directo al palo izquierdo del portero. Se salvaba por los momentos la oncena inglés.
Ya en la segunda parte, teníamos un encuentro bastante raro, dos penales fallados y un Arsenal que debía jugar con 10. Dicha situación fue aprovechada por Guardiola al máximo durante el complemento, colocó a Rafinha por la lateral derecha y subió a Lahm al medio campo para tener más profundidad, esta táctica le daría resultado casi instantáneamente, cuando Rafinha asistió en el 54 a Toni Kroos que con pierna derecha marcó un verdadero golazo directo al ángulo.
Todo fue para el Bayern en la segunda mitad, el Arsenal se replegó y simplemente jugaba a no ser goleado. En varias ocasiones logró evitar que cayeran los goles y en otras, la ansiedad de Robben por la banda derecha no permitía que se concretaran las jugadas. Guardiola por su parte, buscaba exprimir su ventaja numérica y control del partido con más atacantes, al campo entró Thomas Muller y el peruano Pizarro y así buscar sentenciar la eliminatoria de visitantes.
Precisamente, Muller se encargó de marcar el 0-2 final en Londres, cuando Lahm lanzó un centro al área, previamente ensayada en varias ocasiones, que fue rematado por Thomas de cabeza en un remate que fue inalcanzable para Fabianski.
El Arsenal intentó evitar lo inevitable y dentro de todo, se salvó de no terminar el partido con una goleada histórica. En el segundo tiempo sencillamente no existieron y nada le salió a los de Wenger. Probablemente el Bayern se haya querido ir con una diferencia más amplia pero, sea como sea es un buen resultado de cara al partido de vuelta a jugarse en el BayArena el 11 de marzo.