El italiano Mario Draghi se está convirtiendo en el mayor estandarte en la lucha contra la recesión.
La receta para el fin de la crisis
Mario Draghi se convirtió en el primer líder de la Unión en admitir sin rodeos que la política económica no funciona, y por ello reclama reformas, rebajas de impuestos
y más inversión. Todas sus medidas están destinadas a desatascar el crédito, vitaminar el crecimiento y construir deflación (bajada generalizada de precios en bienes y productos).
Draghi ya ha rebajado el tipo de interés oficial hasta el 0,05%, y aplicó un castigo aún mayor a los fondos que los bancos dejan injustificadamente estancados en sus arcas, y que ahora se gravan con intereses negativos del -0,20%. Anunció también que pondrá en marcha en octubre las compras de activos privados, los llamados ABS (títulos respaldados por deuda privada, cuyo mercado europeo es relativamente pequeño) y también bonos garantizados.
De todas formas, pese a los prometedores anuncios de la institución y a que todas las nuevas medidas están ya en marcha (la compra de deuda bancaria no se demorará más allá de octubre), los expertos coinciden en que será necesario al menos un año para que familias y empresarios noten plenamente sus efectos. Y todo ello suponiendo que las entidades bancarias actúen realmente como se espera. Dicho de otro modo, en sus manos sigue quedando la decisión de desatascar el crédito y vuelvan a prestar dinero, fomentando así el crecimiento.
Aunque el BCE prácticamente les regale el dinero, sería muy incauto por nuestra parte confiar en que los bancos liberen la oferta de financiación que hasta ahora tenían secuestrada, y eso que las entidades bancarias disponen de sobrada y probada liquidez desde hace muchos meses. En realidad existen muchas otras maniobras que podrían resultarles más rentables como por ejemplo comprar deuda a estados asfixiados por sus déficits públicos.
La Unión Monetaria se encuentra, por tanto, ante un escenario optimista pero cuyo éxito es imposible de garantizar y aunque así sea, se cocinará a fuego lento. El problema estriba en que cada día cuenta en una Unión Monetaria cuya economía se encuentra acorralada por el estancamiento del PIB y por una caída de precios de consumo.
El final de la crisis en España
Por otro lado, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, con su habitual optimismo, recientemente aseguró que la mejora en la economía llegará en el 2015, aunque no es la primera vez que ponen una fecha para el inicio de la recuperación. En su partido ya la vaticinaron también para 2013 y de nuevo más tarde, para 2014...
Rajoy también ha reconocido el esfuerzo de los ciudadanos y los duros años sufridos y asegura que España será “el país que más crezca en la zona euro”. No obstante, muchos expertos se muestran críticos con algunas reformas emprendidas por el Gobierno y dicen que estas pueden acabar en una descapitalización del país que dé lugar a una mayor inseguridad económica.
Por ejemplo, el catedrático emérito de Economía de la Universidad de Alcalá de Henares Juan Ramón Cuadrado afirma que según sus cálculos 2 millones de personas no volverán a tener trabajo en España. Una declaración realmente preocupante.
La recesión económica global terminará pero ¿qué secuelas dejará tras de sí?
¿Vosotros qué opináis?
¿Creéis que el “efecto Draghi” obtendrá resultados y saldremos de la crisis en 2015?
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