EL BCE destapa un secreto a voces: las agencias de rating no son trigo limpio
Publicado el 10 diciembre 2012 por Lasevic @DavidLasoLas agencias de calificación vuelven a estar en el punto de mira tras un informe publicado por el BCE en el que se destapa "un conflicto de intereses entre los bancos y las agencias de calificación que parecen alterar el proceso de calificación”.
El estudio Banking rating What determinates their Quality del BCE firmado por David Marqués Ibáñez, economista del Banco Central Europeo; Sam Langield, del supervisor financiero británico (FSA)y por Harald Hau, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad de Ginebra, se basa en un análisis de más de 38.000 operaciones de la agencia y pone de manifiesto graves errores, parece que interesados en muchos casos, por parte de las agencias.
Tras analizar 38.753 calificaciones de bancos de Estados Unidos y Europa, el informe concluye que "las agencias dan calificaciones mejores a los bancos que proporcionan a la agencia una gran cantidad de negocio por calificar bonos de titulización de activos”.
Algo que cualquie trabajador financiero intuye o sabe pero, la laxitud en el control de las prácticas de estas agencias lo permite. "Los que realizan los ratings no son expertos economistas de pelo blanco y décadas de experiencia, sino jóvenes treintañeros ambiciosos" afirma una extrabajadora portuguesa de Moody's afincada ahora en España.
"Ese favoritismo- prosigue el informe del BCE - se acentúa cuando los bancos que son buenos clientes de las agencias de calificación, afirma el informe tras analizar 1.189 emisores de bonos de titulización de activos con un valor nominal de seis billones de dólares (unos 4,6 billones de euros).
“Cuanto más utiliza un banco una agencia de calificación concreta para la calificación de sus emisiones de bonos de titulización, mayor es larecompensa de esta agencia al banco en forma de una mejor calificación crediticia”
Solamente existen tres agencias de calificación: Moody´s, Fitch y Standard&Poors. Son empresas totalmente privadas y no responden a la legislación financiera de ningún país.