El partido de fútbol entre las selecciones española e israelí que se celebra hoy en Gijón mostrará el antisemitismo de este país, merecerá la condena de las democracias y justificará más aún la Leyenda Negra.
El movimiento internacional Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) ha convocado para hoy una manifestación contra Israel con motivo de este partido. Quizás no sea pacífica.
Fundado por ultraizquierdistas y nazis, el BDS tiene en el Ayuntamiento de Gijón uno de sus principales aliados: recibió el apoyo de la mayoría de Unidos Podemos, PSOE y la abstención de Foro Asturias, mientras se oponían PP y Ciudadanos.
El BDS fue denunciado a finales de febrero en una solemne declaración al país y al mundo como hermano y “heredero del nazismo” por el Partido Cristianodemócrata alemán (CDU) de Angela Merkel.
Cuando la Federación Española de Fútbol eligió Gijón como sede para este partido de clasificación para el campeonato del mundo sabía que su ayuntamiento se había unido a ese movimiento que dice defender a los palestinos, pero que rechazan muchos de ellos porque viven gracias al trabajo que les da Israel.
La elección de esta ciudad sólo se explica si se deseaba provocar la confrontación, y debería investigarse quién fue responsable de lo que se verá en las televisiones de todo el mundo, dos días después del atentado yihadista de Londres.
Porque se verá un enorme aparato policial para prevenir otros atentados yihadistas, y debe recordarse todas las ramas del terrorismo islamista son firmes defensoras del BDS.
Previsiblemente se verán también los disturbios que anuncian los manifestantes que, como los nazis, desprecian real e íntimamente a los palestinos por ser moros, y los utilizan para expresar su odio a los judíos ante los que sufren complejo de inferioridad.
------
SALAS
-------