De “pacíficos” y “no violentos” no parecen tener nada.
Ocurrió durante la lamentable presentación de un libro llamado “Existir es resistir” en un local cedido por el Ayuntamiento de Madrid regido por la organización radical “Podemos”.
Al acto acudieron apenas treinta personas que cumplían perfectamente con los clichés del más rancio y casposo anti sionismo, entre ellos sus autores: Jorge Ramos Tolosa, Antonio Basallote Marín, Diego Checa Hidalgo y Lucía López Arias.
También estaban :
– Rommy Arce, concejala del Ayuntamiento de Madrid
– Majed Dibsi, miembro del Frente Popular paa la liberación de Palestina
– Liliana Córdova, coordinadora europea de la Red Internacional de Judi@s Antisionistas
– Ana Sánchez, miembro de BDS Madrid y del BDS National Commitee
Presentaba el acto: Jaldía Abubakra, del movimiento de mujeres palestinas Alkarama y de Mujeres Rumbo a Gaza. Moderaba y presentaba el libro: Teresa Aranguren, periodista y escritora.
Es decir, había casi más organizadores, y ponentes que asistentes al acto.
Quien destacó, no por la lucidez de sus palabras precisamente fue Ana Sanchez, representante del BDS, que hizo todo un alegato justificativo de la violencia. Sus palabras no tienen desperdicio:
El BDS es una forma de resistencia entre otras tantas, y desde el BDS no se deslegitima ninguna otra forma de resistencia, incluyendo la resistencia armada, porque, como decía antes, el BDS, el marco que utilizamos es el derecho internacional, y en el derecho internacional se reconoce el derecho de los pueblos oprimidos a resistir de cualquiera de las maneras que consideren necesarias, incluyendo, como digo, la resistencia armada. Otra cosa es que, nos parezca más o menos estratégico utilizar una vía de resistencia armada contra uno de los países más militarizados del mundo. Pero sí que me gustaría remarcar que el BDS no pretende ser la única estrategia, ni la vía de liberación para Palestina, sino que es una estrategia más entre otras tantas igual de válidas y legitimas…
Queda claro entonces.