El beso del ganador de Marie RutkoskiLa maldición del ganador #3| Plataforma Neo | 426 páginas
Cómpralo enAmazon, añádelo a Goodreads Algunos besos tienen un precio.La guerra ha comenzado. Arin está en medio de ella con aliados poco fiables y el imperio como su enemigo. A pesar de que se ha convencido de que ya no quiere a Kestrel, Arin no la ha olvidado ni como se convirtió en el tipo de persona que siempre despreció. Se preocupaba más por el imperio de lo que había hecho por las personas inocentes y sin duda, más de lo que ella hizo por él.
Al menos, eso es lo que piensa.En el helado norte, Kestrel es una prisionera en un campo de trabajos forzados. Mientras busca desesperadamente una vía de escape, desea que Arin supiera el sacrificio que hizo por él. Pero desea con más fuerza que el imperio pueda pagar por lo que le ha hecho.
Pero nadie obtiene lo que quiere solo deseándolo.A medida que la guerra cobra fuerza, Kestrel y Arin descubren que el mundo está cambiando. El Este se enfrenta al Oeste y ellos están atrapados en medio. Con tanto que perder ¿Realmente alguien puede ganar?
Por fin, señoras y señores, por fin ha llegado el último libro de La maldición del ganador y por fin lo he leído. Tal vez no me ha parecido tan espectacular como esperaba pero era imposible que no me gustara con este par de cucosidades. ¿Recordáis cómo terminó El crimen del ganador? No importa si no lo habéis leído, no voy a hacer spoilers, pero ¿a que se quedó muy frustrante? Yo alcancé un nivel de frustración muy alto con ese libro, lo cual me he encantó, todo hay que decirlo. Pues bien, en este libro empezamos recordando esa frustración y volviendo a sentirla porque ¡qué mal les sale todo a nuestros protagonistas!
Hablando de los protagonistas, a pesar de que no creía que nos dieran más de ellos a parte de por fin juntarlos, digo por fin porque una trilogía entera se hacía larga y desesperante en plan bien, me ha sorprendido un poquito porque en este último libro conseguimos ver una faceta diferente tanto de Krestel como de Arin, la autora nos lo enseña en estado puro, sin engaños y es un lujazo. Por una parte vemos la parte insegura de Krestel , una Krestel totalmente diferente a lo que nos habían enseñado, lo cual me ha desconcertado un pelín, pero no quiere decir que no me haya gustado, tal vez le ha dado un punto diferente. Muestra su lado vulnerable pero alegra saber que todavía posee esa fuerza, obstinación y valentía que tanto me gusta de ella. Porque Krestel es una luchadora y en este libro le toca lidiar con una traición mayor de lo que esperaba, lo que no es fácil pero Krestel es fuerte. En menos medida también encontramos la inseguridad de Arin, llevándolo a una cucosidad totalmente adorable porque Arin todos sabemos como es Arin en el fondo, lo hemos podido vislumbrar en los otros libros, pero en este libro ya le doy el premio de cucosidad del año.
Lo que caracteriza a esta saga, que me he tropezado en este libro y me acuerdo que me pasó lo mismo en el anterior, es la frustración, como ya he dicho al principio. Aquí hay una pareja pero la autora no deja de darle vueltas, de meter confusiones, hacer que alguien no llegue en su momento o llegue demasiado tarde y eso me desespera a un nivel demasiado alto, en plan que me hace gritar de frustración, cerrar el libro y cruzarme de brazos cual niña pequeña enfadada esperando a que se solucione todo. En este trilogía es un imposible que los protagonistas estén juntos, tienen que presentarse mil y un impedimentos y, a pesar de lo que me quejo, he de reconocer que me gusta porque me hace sufrir y supongo que algo de masoca tenemos algunos lectores (?). Pero de verdad, ¡qué desesperación! Ya hubo 500 problemas en el primer libro, el doble en el segundo y cuando empieza el tercero ya ves que sigue igual y aaagh pero ¡qué guay!. Oye, a mi otra cosa no pero me hace sentir mucho, y esta frustración es muy razonable. Eso sí, gracias a esta frustración cuando todo se resuelve es mucho más alegre y cuco, aunque eso no hace que cuando ocurren alguna de estas cosas quiera gritarle a Marie que se deje de jueguecitos y los deje ser feliz de una vez por todas. Sí, lo vivo, es lo que más me gusta del libro, que les he cogido un cariño increíble a los personajes y al verlos sufrir sufro yo con ellos, o más porque yo veo ambos lados y sé que lo que piensan no es correcto >.<
Sin embargo, a pesar de toda la tensión, frustración, alegría y cucosidad que me ha aportado el libro, he de reconocer que alguna parte se me ha hecho más aburrida. Como sabréis, en el primer libro empezó una guerra y en este habría que cerrarla, pero el proceso, a pesar de que en los anteriores libros me encantaban las estrategias, aquí lo he notado más en modo guerra, porque es lo que hay, y se me ha hecho más pesada de lo que esperaba, aunque haya tenido sus puntos que me hayan gustado pero claro, we need love de una vez por todas y el resto es un obstáculo.
Otra cosa diferente es que en este libro pasa de tener esa ENORME barrera física que se iba haciendo cada vez más alta en los otros libros, y al inicio de este, a tener una barrera emocional. Por una parte la física me resultaba muy frustrante, pero me encantaba, y la emocional también pero es más desesperante que frustrante ante algo que dices: venga, jolines, ya estáis juntos, ¿queréis dejarme shippear tranquila? Paz, amor y esas cosas. Con esto quiero decir que siento que los otros libros los viví más. Este me ha encantado, no me malentendáis, pero entre la guerra que me interrumpía la cucosidad y que ya estén juntos y se cree otra barrera pues... No me ha hecho sentir tanto, aunque sí lo ha logrado en algún que otro momento que ha sido como ¡POR FIIIIIIIN!
El beso del ganador es el cierre de una trilogía que me ha parecido maravillosa y totalmente devorable. Recuerdo leer los anteriores libros en muy poco tiempo y con este en una tarde me leí más de medio libro, ¡imaginad mi vicio! La maldición del ganador es una trilogía que tenéis que leer primero por sus personajes, segundo por toda la frustración y tercero por las estrategias e inteligencia que hay a lo largo del libro, por no quedarse en un libro romántico sino ser algo más, no centrándose en el romance sino en los juegos. ¡Dejad de leerme y coged el libro ya!