Augusto Álvarez RodrichPublicado por La RepúblicaNo se debe abandonar el diálogo en Cajamarca.Conga no viene ‘bien’, ya se sabe, pero no por eso tiene, necesariamente, que acabar ‘mal’. Eso es lo que se debe impedir pues todos perderían si es que se concreta el rumbo actual de colisión.Los peritos entregarán su informe en breve, pero en el mismo contexto de los últimos meses.Esto quiere decir, por un lado, una empresa responsable del proyecto cuya reputación en Cajamarca está por los suelos, en parte, y quizá en buena parte, por los graves errores que cometió durante las dos décadas pasadas en la región. No es exagerado sostener que Conga sería más viable políticamente si se reemplazara a su operador empresarial.Por el otro lado, hay unas autoridades locales que no han mostrado responsabilidad para negociar con amplitud y analizando escenarios que permitan satisfacer la preocupación legítima que existe en la región. Son autoridades que, además, han tenido, desde hace muchos años, un desempeño penoso en la provisión de servicios públicos básicos.También está el gobierno del presidente Ollanta Humala, quien cambió de discurso sobre Conga entre la campaña y su llegada a Palacio y que, desde entonces, ha tratado de armonizar la opción del ‘Agua y Oro’ en vez del ‘Agua u Oro’ inicial.Y entre esos tres actores está una población de Cajamarca que es muy pobre y que tiene justificadas razones para su rabia por todo lo que ocurre –o, mejor dicho, por todo lo que no ocurre– en su región.A pesar de todo eso, y a pesar de los tambores de guerra que ya se sienten en Cajamarca, se debe agotar todos los esfuerzos para que el proyecto de Conga acabe –o, mejor dicho, empiece– bien.Eso implica definir que es acabar/empezar ‘bien’ y ‘mal’ en este proyecto, lo cual demanda, a su vez, dejar de ponerse exclusivamente en los zapatos de alguno de los actores en conflicto y enfocar las respuestas desde un punto de vista colectivo.Terminar ‘mal’ significa que la reanudación del proyecto de Conga ocurra con varios ciudadanos y policías muertos como consecuencia de un conflicto que se desate en Cajamarca a partir del anuncio del resultado del peritaje encargado a los tres expertos internacionales. Esto no le haría bien a los ciudadanos de la región, ni a la empresa, ni al país ni al gobierno de Humala.‘Bien’, en cambio, significaría una solución concertada que, a partir del peritaje internacional, abra nuevos escenarios y planteamientos que con creatividad, y con la generosidad de las partes en conflicto, permita sacar adelante a Conga con legitimidad social en la región, lo cual implica, como invocaron ayer la Conferencia Episcopal y la Defensoría del Pueblo, a no abandonar el diálogo.