El “bitcoin” : “los experimentos, con gaseosa”.. y a ver como queda la cara

Publicado el 16 septiembre 2021 por Solitarios Invisibles @belzinvisible

Decir que Satoshi Nakamoto, el creador del "bitcoin" es tan real y efímero como lo fue el vuelo del Fénix, es asentir con la consideración subliminal de que la moneda virtual creada lo ha sido por una serie de sagaces pseudo - inversores, que han despreciado el oro como valor fijo para tomar la transacción como única y seria condición alternativa, dándole en el inicio de la partida un valor invisible de especulación de 36.500 millones de dólares, que es como decir que al tiburón blanco de golpe se ha quedado sin dentadura, prometiéndoseles a los bañistas de cualquier playa paradisíaca que ya no habrán más amenazas, ataques ni mordiscos devoradores letales, y que incluso podrán acercarse para dar alimento al escualo, lo que nos hace entrever que la imaginación tiene detalles ocultos insospechados y las tentativas por no tener cuidado con los coletazos, son un aviso importante y necesario por el que no hay que desdeñar lo imprevisible cuando la vida económica está en juego.

El "bitcoin, a nuestro modesto entender serviría para utilizarlo en el trueque material y físico de una aldea, la Unión Europea por ejemplo en su plano metafórico, en la que se conocen todos, empleando la transacción de una moneda acuñada en una piedra plana de igual radio y medida en su circunferencia en donde perforar o no el centro y dejar algún signo evidente al descubierto y otro oculto, advirtiendo claramente que al falsificador descubierto con más piedras de las contadas regularmente sería pasado por la ídem, además de castrar su poderío y rebanarle la nariz de un tajo, que eso es lo que puede haber sucedido al Sr. Bukele en Guatemala, quien ha pretendido darle entidad gloriosa a una promesa que está en el aire sin alas que la mantenga, y en consecuencia se le han rebelado los comerciantes, empresarios y demás gestores de un país en donde por llevar marcado lo que se ha hecho o se va a hacer, lo llevan ya tatuado en sus cuerpos las bandas de las "maras", que nos consta han creído en lo que se les propuso, convirtiéndose en los primeros cajeros humanos de un abrupto sistema de intercambio.

El célebre "bitcoin" no existe y por lo tanto no lo controla nadie, salvo los "picadores" que embaucan y escarban la confianza de los curiosos y ambiciosos, que se dejan impresionar por las noticias falsas de un departamento de prensa que domina las redes sociales para que a la divisa digital se le proporcione un disfraz a la medida, dependiendo de los altibajos que tenga cada país en donde la operación con gran habilidad de captación se práctica por expertos ingenieros de minas.

Quienes se atreven a defender el derecho de ubicar al "bitcoin" dentro del catálogo de monedas no filatélicas ni numismáticas para comprar, vender y especular con las mismas, corren el riesgo extremo de que la continuidad de la labor que se ejerce por captar adheridos se frene y se trastorne, como ya está sucediendo a pesar de las manipuladas noticias al respecto por parte de aquellos que quieren deshacerse de un invento que no cuaja y mucho menos lo van a permitir quienes tienen su botín reconocido por la ley de la oferta y la demanda en inexpugnables cajas fuertes de acero, máxime cuando además la "evasiva divisa" o moneda de marras, no responde a una organización piramidal financiera con cobertura ni dirección a la que encausar como podría considerarse en supuesta estafa, ya que de la misma no se percibirán como promesa alguna las rentabilidades por ninguna norma pactada, con letra pequeña firmada en escrito por póliza de compromiso, avalado y protegido por otros "bancos" si reconocidos en su justa proporcionalidad y en su garantía recíproca avalada por el Fondo Monetario Internacional. Y es qué como decía el célebre periodista, escritor, ensayista, filósofo, dibujante y crítico de arte Eugenio d´Ors Rovira, "los experimentos, con gaseosa", atribuyendo el significado para que cuando se decida hacer algo que entrañe cierto riesgo, hay que asegurarse bien de lo que se hace.

Mientras haya chiquillos en el patio del colegio que cambien sus bocadillos entre ellos mismos no habrá estampida masiva, aunque si algunos de los compañeros optan por venderlos para comprarse algunos otros abalorios y entretenimientos fuera del complejo de enseñanza, y no logran lo que se les antoja, es posible que eso de cambiarse lo que podrían haber sido cromos y muchos repetidos, se pueden convertir en acciones fuera de lugar y en donde aparezcan los mamporros que nadie se los espera. Y eso si es un problema de "bitcoin" y muy señor mío.