Difícil es cambiar algo que ya ha sucedido, algo que como quien dice: quedó en un pasado. Por eso hay que preocuparse por el presente, por lo que se está viviendo. Es curioso pues, la que os está hablando ahora mismo de preocuparse por el presente y olvidar el futuro es la que más nostálgica puede ponerse a lo largo de la semana.Y es así, no lo puedo evitar: me encanta ponerme nostálgica. Me encanta recordar todo lo que fue y pudo haber sido, aunque en ocasiones puedo "autolesionarme" psicológicamente sin querer -a veces queriendo- ; pero eso es otro tema.
Hay veces en las que miro al pasado con buenos ojos y veo todo lo que he mejorado (aunque a veces empeorado) en algunos aspectos de mi persona. Al fin y al cabo, es bonito ver lo que mejoró y empeoró uno mismo durante un tiempo, ¿no?Es algo así como mirar fotos antiguas, aunque yo prefiero recordar en mi cabeza el hecho como tal. Ambas formas valen. Escuchar música, volver a ver una película y recordar con quién la viste... Son detalles que marcan y hacen que en un futuro te acuerdes de aquello.
Creo que os he hablado bastante de mí en lo poco que llevo como bloguera en este blog, puesto que como ya os conté, llevo en este mundillo desde el 2011. Pero siempre me gusta decir más o menos a quien estáis leyendo, contar cosas sobre mí, vaya. Creo que lo hice bastante en la entrada que escribí hace exactamente un mes llamada "50 cosas sobre mí". Hoy os contaré algo más personal, algo más "yo". Algo que me marcó muchísimo y la razón por la que "One Ok Rock" es mi grupo de música favorito. La música de Takahiro Morita me acompañó en un momento muy importante en mi vida; un momento que me marcó y que fue como un momento de transición en mí, de autosuperación, algo que había estado intentado superar y llevar toda mi vida y que ese verano conseguí. Es por eso que le tengo tanto cariño y por lo que lo considero mi grupo de música favorito. Pero es un secreto entre nosotros, ¿de acuerdo?