Esto le puede ocurrir a cualquiera. A mí me está pasando actualmente. Da igual cuanto leas, puede ser que seas un lector ocasional, o una de esas personas que devora libros, pero en cualquier caso te puedes ver afectado por este bloqueo.
Todo comienza cuando te acabas ese libro tan bueno que te estabas leyendo. Cuando te lo terminas, aún sigues inmerso en su universo. No puedes dejar de pensar en el final, en sus personajes, en su trama… No consigues quitártelo de la cabeza.
Esto al principio, provoca que no te apresures a buscar un libro nuevo que leer, para conservar el buen sabor de boca que te dejó el anterior. Los días van pasando y sigues sin elegir un nuevo libro, hasta que te cansas de pensar en todo lo que aconteció en el anterior, pero finalmente te decides y te pones a buscar.
Aquí empieza el dilema. Primero la temática. Aún sigues enganchado a ese libro tan fantástico que te acabas de leer, por lo que tiene que tratar del mismo tema. Entre los libros de este tema hay que ponerse a mirar y cuando veas uno que te atrae te ves obligado a leer todas las opiniones, reseñas y resúmenes habidos y por haber, porque tienes que asegurarte de que al menos, es tan bueno como el anterior. Por supuesto, al hacer esto acabas destrozándote el libro y lo descartas para decantarte por otro. Esto sucede una y otra vez sin encontrar un libro que cumpla con tus expectativas.
Al final, ya estás harto. Necesitas encontrar algo que leer y te da igual que. Por lo general coges el primer libro que se te pasa por delante. Es habitual al llegar a este punto que te pongas a leer y que no te acabe de enganchar, porque no llega a estar a la altura del último libro que te leíste, o porque no paras de compararlo con aquel. En cualquier caso, dejas el libro al poco de haberlo empezado, y coges otro. Y así una y otra vez, ya estas con el bloqueo lector. Encuentras un libro, lo empiezas y lo dejas. Entras en un bucle infinito donde nada consigue emocionarte lo suficiente como para seguir leyendo. Yo ahora mismo tengo como diez libros empezados.
La falta de tiempo ayuda a este proceso. Como somos gentes muy ocupadas, nos ponemos a leer en los momentos y lugares más insospechados, con el resultado de que no nos centramos bien en el libro, y este se nos escapa, no consigue acabar de engancharnos.
Esto es grave para las personas que leemos habitualmente. No sabemos que hacer con nuestro tiempo, no sabemos en que pensar cuando cerramos los ojos y nos da miedo coger un nuevo libro por miedo a una nueva decepción. Es realmente desquiciante. Algo que dabas por supuesto, ya no está ahí y se convierte en una necesidad cada vez más urgente resolver el problema.
Al final conseguirlo es una cuestión de paciencia. Como hay que ver las cosas por el lado bueno, hay que pensar en el bloqueo lector no como un problema, si no como una oportunidad. Es el momento de leer ese libro que llevas apartando varios años porque siempre te estabas leyendo otra cosa, es la oportunidad perfecta para preguntar a tus amigos que están leyendo para que te den ideas y así de paso, hablar de libros.
La solución al final es reservar un fin de semana solo para ti, elegir uno de entre todos esos libros y sentarte a leerlo concentrado, con tiempo y sin hacer nada más que eso, leer. Si lo haces con tranquilidad y sin pretensiones, y sobretodo con paciencia, acabaras olvidándolo todo y llegarás a encariñarte por fin con un nuevo libro.
Silvestre Santé