La fórmula era sencilla, ya que si metes a personajes como Bea la legionaria, Ainhoa, o la marquesa, sabes de primera mano cual va a ser el resultado. Además los concursantes que ya tienen un poco de dominio del mundo de la televisión han hecho lo que les ha dado la gana, ya que se han ido cuando les ha convenido después de conseguir entrar, han sido expulsados, otros que ni me acordaba de ellos han entrado, es decir, un auténtico cachondeo producto de una dirección basada en la misma fórmula que las medidas anticrisis de Zapatero, la improvisación.
Los ganadores han sido Pepe Herrero y Raquel, cosa que en parte me alegra porque al menos Pepe pasa de decir siempre el clásico topicazo de GHde que si uno es un falso, otro solo quiere la malate y se dedica a concursar que es a lo que ha venido.
Francamente no he seguido casi nada este Gran Hermano y además como ya he dicho anteriormente, necesito un descanso de la insufrible Mercedes Millá. Pero visto lo visto, ha sido una edición bochornosa de un programa que se le puede achacar muchas cosas pero no deja de ser en algunas ediciones un reality entretenido y simple.