Era aquel un bosque gris y plateado
que se hallaba en esa esfera imaginada
sobre el mágico reflejo
que los alados ángeles habían bordado...
y que los luceros rescataron
de los albores más secretos
de la profunda madrugada...
Las recién nacidas luces
lo sobrevolaban asustadas del miedo,
entre las ramas, en las alturas,
encaramadas a los cielos..
Y los lobos acariciaban dulcemente
con sus hocicos húmedos y fieros
los vestidos nacidos ancianos,
y de bordados perfectos,
de tramas atravesadas y atravesados trazos
como los largos y enredados cabellos de las hadas,
como los enredados e interminables
requiebros de sus vuelos.
Era la luna llena de miel y caramelo ahumado, era ebria de frutas dulces y de azúcar blanco...Era la noche una era sin siembra ni arado, era un vergel de luces tenues y risas quedas y de voces de timbres suaves como cortinas de seda en las manos..Era una era de cuentos pasados, un mundo fabuloso que quebraba sus alas sobre el viento perfecto de nuestras subterráneas miradas...y sobre él los hombres que huyen de su prisión de plomo y fango urdimos novelas y fábulas, y cuentos y ensayos y miradas al cielo que se pierden en olvidadas fantasías robadas de espanto...Era la era del tiempo de las sombras alumbradas, del sí sin no, de las candelas sin ascuas y los corazones sin amo..