Aquella tarde los suspiros perdidos revoloteaban el bosque de mi olvido, cálidos, tiernos y huidizos oliendo como el arroz con leche y los azahares viejos, sabiendo a manos prendidas, a lápices gastados, a gente..Aquella tarde se hacía tarde y pintaba la bóveda de cielo estrellándola, y mi bosque de pinturas olvidadas se dibujaba a sí mismo con sus propias manos...almenas derruidas por el recuerdo gastado pero aún no muerto, torres huecas llamando a sus tantas historias y aquellas calles vacías con las esquinas repletas de amantes..
Aquella tarde los recuerdos perdidos revoloteaban mi sienes acariciando mi rostro con su viento de suspiros, como en un bosque de aire desatado, como en un laberinto de rostros perdidos..Miradas inconexas levantan mis cabellos en un viento arremolinado de flores secas que buscan acomodo en mi regazo, y aquellas manos desprendidas que ávidas ahora pretenden las mías, distraídas..
Naranjas que plagan los suelos, dátiles que plagan las nubes, estrellas que plagan los lagos y mil piedras viejas,, de las que me niegan sus recuerdos fundidos con mi pasado aún no vivido y tan soñado..
Y ahora aquel albero dorado cubre las copas de los árboles olvidados, ahora el toro muge su rabia en las afueras del coso de la luna, que se abre como flor nocturna y le regala la libertad del mutilado..
Y mi bosque de vientos años atrás suspirados, se cierra en mi torno como un abrazo de brazos cálidos y descarnados, de brazos que pasaron sobre mi piel tatuando mis ojos de sus abrazos..