Está causando cierto escándalo, lógico por otra parte, en Israel el que su selección nacional de fútbol juegue con la española un partido oficial en la ciudad de Gijón el próximo día 24 de marzo
El motivo del mismo es por que el consistorio Gijonense aprobó, con la abstención del partido de la sra. alcaldesa, una vergonzante moción por la que apoyaban el boycot al estado de Israel, en un acto gravemente discriminatorio sin precedentes en la política asturiana y que es manifiestamente ilegal como han reconocido muchos tribunales a lo largo y ancho de España. Dicha moción fue promovida por los partidos radicales de extrema izquierda (virulentamente anti israelíes) y el PSOE.
En dicha moción se aludia a la defensa de los Derechos Humanos de los palestinos, sin pararse a pensar que los primeros violadores de los DD.HH de los palestinos son los terroristas y corruptos que los gobiernan, bien bajo las siglas de Hamas o de la Autoridad Palestina que han sometido a la población que gobiernan con regímenes tiránicos propios de otras épocas basados en el nepotismo, la corrupción y el terror donde los Derechos Humanos se han convertido en un mal chiste para su propia población.
En una acto de incomprensible hipocresía, el Ayuntamiento de Gijón liderado por la sra. Moriyon, aparentemente preocupado por los derechos de los palestinos jamás ha aprobado ningún acto de boycot contra la organización terrorista Hamas ni contra la dictadura de la Autoridad Palestina
Es hora de preguntarse por los oscuros motivos de esa abstención que motivó tan deleznable acto de odio y antisemitismo.
Y solo caben dos.
Uno de ellos puede ser los intereses del poderoso lobby islámico petrolífero en Asturias y los jugosos contratos a adjudicar. Ni que decir tiene que los países de Oriente Medio donde las empresas gijonesas obtienen contratos no se caracterizan por el amor a los DD.HH que su alcaldía dice defender. Para Arabia Saudita no hay boycot,
El otro motivo solo puede ser el miedo.
Solo el miedo a perder el puesto en una moción de censura, dado el delicado equilibro de poderes entre las diferentes fuerzas del Ayuntamiento, puede explicar el inexplicable comportamiento de la sra. alcaldesa y de su formación.
Pero el miedo no es un buen compañero de viaje, que se lo pregunten si no a Arthur Neville Chamberlain, y es que a veces toca elegir entre un conflicto (aún en inferioridad de condiciones) o perder dignidad.
Y siempre hay que escoger la dignidad