Casi treinta años tuvieron que pasar para que Portugal inicie sus planes de colonización del Brasil, durante el reinado de Juan III. Y en realidad, se animó, a partir de 1530 aunque al principio solo fueron algunas escuadras las que supervisaron la costa con el fin de colonizar los terrenos para la explotación de caña de azúcar, otros investigadores afirman que la colonización empezó en realidad hacia 1518 cuando el rey Manuel I se encarga de distribuir oficios a sus connacionales dispuestos a colonizar Brasil, sin embargo esto no pareció del agrado de los indios quienes sabían que los visitantes llegaban allí a quedarse y someterlos, por ende en aquel mismo año aniquilan la colonia de Porto Seguro, se ataca la iglesia y la feitoria; el hecho es que el primer asentamiento se establece en 1534, especialmente porque tuvo muchas noticias de buques extranjeros, en especial de Francia, acerca de las exóticas tierras que había por aquellos lares. Por lo general los franceses se detenían para cargar palo brasil. Martín Alfonso de Souza llegó por aquellos años al frente de una escuadra fundando la primera ciudad en el puerto de San Vicente, y luego Paratininga en el interior, también se convirtió en el primer gobernador portugués de aquellas tierras. Pero Brasil parecía un territorio difícil de colonizar y sin grandes imperios comos los que los españoles habían sometido. Tampoco había mucho que hacer allí, si las verdaderas y ricas rutas se encontraban en oriente. Además con el auge de las especias, los portugueses no consideraban a su colonia del todo importante sino más que para detener el avance español, al menos en un inicio. En Brasil, se habían encontrado ya muchas cosas valiosas con el tiempo, como el palo brasil, un árbol de donde se extrae una sustancia colorante, que sirve para teñir los tejidos. Pero ni siquiera esto o la madera hicieron cambiar de parecer a los portugueses, quienes, como ya dijimos, no colonizaron verdaderamente el Brasil sino hasta la fecha posterior a 1530 y dominar a los indios, por cierto, les costó algún tiempo más. Los nativos se tornaron hostiles, eso sin contar los ataques de los franceses, y por aquellos tiempos sólo se llegó a instalar las llamadas feitorias o factoría en buen español, establecimientos comerciales de reserva del palo Brasil u otros recursos, e ingenios, plantaciones a lo largo de la costa. Pero otra curiosidad fue el mestizaje. En un principio estaba claro que no muchas mujeres vendrían, y así fue, lo que llevó a los portugueses a convertir a muchas nativas en sus concubinas de tribus que se habían aliado a ellos y se habían hecho amistosas, por lo general las más cercanas a la costa. Se formaron así los primeros matrimonios interculturales e interraciales. Los hijos de estos matrimonios hablaban ambos idiomas y pudieron servir de interlocutores, se les llamaba mamelucos.
Como era de esperarse, para tan inhóspito y desconocido terreno, los suministros y fuerzas en general resultaron escasos. El rey decide entonces enviar refuerzos y medios para la definitiva colonización de aquellas tierras, antes de darle terreno a ingleses y franceses quienes también merodeaban por aquellos lares. Para una organización eficiente se dividió el país en doce capitanías hereditarias, que fueron confiadas a caballeros de su corte, quienes tenían poder absoluto siempre y cuando se restringiesen a la zona que se les había dado. Al monarca se le reservaba el cinco por ciento del palo brasil y el veinte por ciento del oro, la plata y las piedras preciosas. También estaba el diezmo de los productos de la tierra, que se reservaban para la iglesia. Desde un inicio, hubo grandes dificultades para poblar la colonia, y los portugueses, así como comerciantes y otros importantes elementos de la sociedad estuvieron más interesados en la India. Para colmo de males las costas no dejaron ni un momento de ser asediadas por los piratas, por ello el rey Juan III ordena la creación de una Capitanía general en Todos los Santos tras ser donado el territorio en 1534, que pasaría a ser la plaza más importante desde 1538 y como la capital de la colonia desde 1548. En este lugar se edificaría una gran ciudad, se levantarían fortificaciones y otros lugares indispensables en un asentamiento humano, si bien en 1545 fue arrasada por una sublevación de los tupinambas. A pesar de toda la población se refugió en la Capitanía de Porto Seguro y sobrevivió. En 1549 fue nombrado como el primer gobernador general Tomás de Souza, quién tenía fama en asuntos de las colonias tras su paso por las respectivas de Asia, su expedición llegó en marzo de 1549 la cual constaba de 400 soldados, 600 penados, y varias decenas de obreros de todos los oficios. Se llevaron también algunos jesuitas, quienes además de la labor de evangelizar en un futuro representarían la paz y la prosperidad en esta nueva colonia amparadas en la fe católica. En esta ocasión se llevó ganado vacuno, semillas, herramientas, armas, y algunas baratijas, estas últimas facilitarían el intercambio pacífico con los nativos. Souza fundó la ciudad de Salvador de Bahia la cual prosperó mucho durante su gobierno.
Como ya hemos mencionado con la llegada de Souza, las cosas cambiaron y los jesuitas ayudaron a apaciguar los ánimos entre culturas. Los portugueses colonos observaron calmados pues lo que realmente les interesó fue expandirse, y este proceso empezó hacia 1538 en adelante. Con el apoyo de la corona, más tarde las exploraciones eran más efectivas y se exterminaba tanto indios como jesuitas pues se habían tornado insoportables para la nobleza y los colonos. Las banderías, o bandos, cuyos bandeirantes partirían desde San Pablo, no se detendrían en sus afanes de conquista, y se expandirían en todas direcciones hasta conformar más tarde los dominios de Portugal en América y más tarde Brasil. Para la década del 40 la exportación de caña de azúcar se convirtió en otro importante mercado que atrajo nuevos colonos haciendo que sus ojos se posen sobre el país. Esto, generó la búsqueda de más espacio para vivir, el hallar mayores recursos, especialmente metales preciosos, y terreno para el ganado, fueron las causas además de las ya señaladas. En los inicios esta de más decir que hubo millares de muertes, especialmente de nativos, pues no tenían defensas ante las enfermedades de los europeos, estos morían a causa de las rebeliones de los indios que se veían despojados de sus territorios o simplemente veían a los europeos como una amenaza. Además, nunca se asimilaron masivamente a la sociedad portuguesa, y con el tiempo, irían pereciendo o emigrando hacia el interior de la selva. También muchos de ellos fueron esclavizados en un inicio de la colonización, pero muy pronto, al mermarse su población, se empezó a traer grandes cantidades de esclavos africanos, que con el paso de las décadas se convirtieron en millones. Durante la colonia estos trataron de escapar y formar poblaciones independientes llamadas quilombos, siempre en lugares alejados de las ciudades, pero con frecuencia eran reprimidos por el gobierno colonial a diestra y siniestra. El hecho es que los africanos se convirtieron en un importante ingrediente de la sociedad colonial brasileña tanto por su cantidad como por el aporte a la economía que daban con su fuerza de trabajo. Antes de que se aboliera la esclavitud, en 1850, los negros africanos por lo general ya habían producido un mestizaje tanto con blancos como con nativos americanos.
Volviendo al terreno político, durante y después del gobierno de Souza, la colonia experimentaría algunos inconvenientes característicos de la colonización. El progreso económico de la colonia del Brasil, que se había convertido en la más importante para Portugal, generó envidias en las potencias europeas, por ello aprovecharon grandes porciones de territorios deshabitados para establecer algunas colonias, sin tener en cuenta para nada ni la bula papal ni el Tratado de Tordesillas. Algunos franceses por supuesto, además de no dejar de hostigar con sus bombardeos las costas, pretendieron establecer en los territorios actuales de Río de Janeiro de 1555 1567 territorio al que llamaron Francia Antárctica al mando de Durand de Villegaignon aunque el gobernador Mem de Sa logró expulsarlos de la fortaleza insular, el castillo de Coligny, el cual estaba justamente en una isla en 1560, y a pesar de la unión de los franceses con los indios serían totalmente exterminados en 1567. Estacio de Sa, sobrino del gobernador y jefe de la escuadra portuguesa, fundó San Sebastián de Río de Janeiro, ciudad que su tío fortificó y embelleció, trasladando provisionalmente la capital de la colonia a dicha ciudad, en 1568.
El país entre manos españolas y holandesas
Para 1573 el Brasil fue dividido en dos territorios: en el norte y en el sur, fijándose dos capitales, en Bahía y en Río de Janeiro respectivamente. Luis de Brito Almeida fue nombrado gobernador del primero, y Antonio de Salema, del segundo. El primero, Brito, realizó una labor aceptable, de pacificación y progreso, mientas que Salema cometió atrocidades contra los indios. En vista de estos inconvenientes y creyendo que dos gobiernos paralelos podría llevar a la desunión de los territorios se acordó conformar todo en un solo otra vez, al mando de Lorenzo Da Veiga. En 1581 acaecería otro hecho importantísimo, Felipe II de España fue proclamado rey por las Cortes de Tomar realizándose una unidad en la península, por lo cual las colonias de Portugal, por supuesto, pasaban a manos españolas. Por esta época también se pacificaron y se incorporaron algunos otros territorios al Brasil colonial tales como Parahiba, Sergipe y Río Grande del norte, y se fundaron Cachoeira y Natal. Lamentablemente el dominio de los españoles no trajo buenas consecuencias, debido a que más bien, se descuidaron las colonias portuguesas, fue una mala gobernación la que ejercieron los españoles sobre las posesiones que heredaron de Portugal, los franceses por ejemplo, atacaron puertos del norte generando incluso un contrabando de palo tintóreo, los piratas inglesas por su parte saquearon muchos ciudades y puertos, como el corsario Cavendish que saqueó Santos, mientras que otros tales como Venner y Lancaster se apoderaron de Penambuco, siempre con jugosos botines que amenazaron la colonia del Brasil y los recursos que de ella se extraían. Además los franceses intentarían en otros establecimientos como en São Luís de 1612 a 1614 que llamaron Francia Equinoccial.
Pero el momento más crítico para la colonia vino de tierras holandesas. En efecto, los Países Bajos se hallaron pronto en guerra con España, y atacaron la colonia del Brasil en 1624 siendo Bahía saqueada por los corsarios holandeses capturando su capital San Salvador. Era una poderosa escuadra de 500 cañones y 3300 hombres ante una lánguida defensa. Se hizo prisionero al gobernador portugués. Al año siguiente, una escuadra española llegó a Bahía y luego de librar casi un mes de combates, se logró la rendición y derrota de los holandeses. Los colonos también colaboraron mediante una lucha de guerrillas contra el invasor incluso se dio muerte a su gobernador. Para febrero de 1630 los holandeses volvieron a ocupar Pernambuco, extendiéndose hasta Parahiba y también Río Grande. En sí se ubicaron en el noreste una posición más accesible a Europa, no penetraron en interior. El gobernador holandés de dichos territorios fue Mauricio de Nassau, muy buen político y militar, no obstante se encontró con una fuerte resistencia portuguesa cuando intentó tomar Bahía en 1638. En 1640, Juan IV de Braganza fue coronado rey de Portugal, separándose de España, aunque el esfuerzo de los portugueses por asegurarse su total independencia recién fue patentes 28 años después cuando se rechazaron los ejércitos de Felipe IV de España firmando un tratado de paz definitivo en 1668, en la ciudad de Lisboa.
Pero volvamos al Brasil holandés, desde 1640 en adelante, Juan IV buscó paz con Holanda, pero estos no se retiraron del Brasil, por ello la luchas entre ambos países en suelo brasileño continuó por muchos años más. En 1644 Mauricio de Nassau, el gobernador, partía de Pernambuco y al año siguiente se derrotaba a los holandeses en Tabocas, tres años después en Guararapes, un año después se les daba otra derrota a los invasores en el mismo lugar. Así entonces se retiran la mayoría de holandeses de tierras brasileñas. Faltaba el golpe final, una poderosa flota de Portugal se presentó en 1653 en Penambuco, los holandeses fueron rindiendo sus fortalezas paulatinamente una por una, la capitulación de Taborda puso fin a su dominio el 26 de enero de 1654. Los últimos holandeses se retiraron hacia 1661. Prácticamente la cultura portuguesa se mantuvo y la influencia de la holandesa y francesa fue casi irrelevante y no quedó patente para la posteridad.
La interesante vida colonial de Brasil
A partir de la década de 1680 se descubrieron muchas minas de oro en Minas Gerais y otras regiones, hecho atribuido por los ya mencionados bandeirantes, la colonia produjo pingues ganancias por aquellas épocas y se fue produciendo una rápida colonización hacia el interior. Pero por supuesto, esto, trajo consigo una nueva ola de inmigrantes que pronto tuvieron problemas por choque de intereses con los primeros colonos, algunos de ellos ya se hacían llamar brasileños. En la zona de Minas Gerais estalló un conflicto interno llamada guerra de los Emboadas entre 1707 a 1709 entre los bandeirantes paulistas y los forasteros, una amenaza para los intereses económicos de los primeros. Finalmente el rey puso fin al conflicto y dio amnistía a los participantes, excepto a Vieira de Mello, un brasileño que había fomentado aires separatistas. Por aquellas épocas, también los franceses llegaron a atacar Río de Janeiro en 1710 siendo derrotados. Al año siguiente volvieron a hacerlo utilizando 17 barcos de guerra y 6 mil soldados, pero se retiraron después de obtener un rescate.
También vale la pena agregar que en 1680 los portugueses habían invadido territorio español a orilla izquierda del Río de la Plata, fundando la colonia del Sacramento parte de lo que hoy sería Uruguay. Este territorio pasaría varias veces de manos portuguesas a españolas y viceversa durante algún tiempo de disputas. Finalmente en 1750 se pactó la entrega a España a cambio de algunos territorios de Paraná, la isla de Santa Catalina, y Río Grande, aumentando la superficie de la colonia del Brasil y disminuyendo el del futuro Uruguay que fue cedido a España casi en la mitad de su territorio. En 1777 quedó finalmente establecido el Tratado de San Ildefonso que ponía fin al conflicto. Por otra parte para finales del siglo XVIII ya se estaba formando la idea de independizarse de Portugal, acaecieron algunos sucesos importantes como la muerte del patriota Joaquín José Silva Xavier, "Tiradentes". Estas tendencias separatistas cesaron en 1808 a consecuencia de la invasión napoleónica en Portugal, el rey Juan VI, inclusive, trasladó su corte a Brasil, y la colonia volvió a florecer. Su traslado significó modificar el nombre de colonia por el de Reino del Brasil. También se instauró el Reino Unido de Brasil, Portugal y Algarve. El monarca fue recibido con simpatía en el puerto de Bahía y luego se trasladó a Río de Janeiro, allí estableció su corte y la capital del nuevo reino. Durante su estadía se levantaron muchos palacios, edificios públicos, se fundó la Biblioteca Nacional, la Escuela de Bellas Artes y la Casa de Moneda. En 1816, sin embargo, los brasileños invadieron de acuerdo con el Directorio argentino el territorio del Uruguay, esta guerra sirvió de pretexto para que se hicieran más ostensibles las opiniones a favor de la independencia. Para 1820 estallaba un movimiento conocido como la Revolución de Oporto y el rey tuvo que prometer otorgar una Constitución al país, pero no bastó, incluso, los brasileños se sintieron ofendidos cuando las Cortes portuguesas se negaron a aceptarlos como diputados. La lucha por la independencia de Brasil era sólo cuestión de tiempo...
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