El bueno, el feo y... el malo?

Por Ernesto Villodas
 Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) El bueno. Estos días tenemos en Laredo a estas tres familias tan diferentes y con tan distinta fama entre los humanos.  Actualmente las rapaces no son vistas como antaño, con recelo, y más bien al contrario, son admiradas por los transeúntes que pueden disfrutar de este asequible nido en la iglesia de San Francisco con tres pollos a punto de volar.
 Golondrina común (Hirundo rustica) La fea. También son muy queridas las familiares golondrinas pero hay que reconocer que cuando tienen pocos días, seamos sinceros, son bastante feas.
Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) La mala? El último de los vecinos de Laredo que os traigo hoy al blog, es la gaviota patiamarilla, querida y odiada a partes iguales. La verdad es que son unas verdaderas fieras, grandes y muy resistentes, siendo temidas por prácticamente el resto de aves de su entorno.  Su autentico problema ha sido acercarse demasiado a las poblaciones humanas, donde últimamente anidan buen número de ellas, con el consiguiente conflicto  de intereses y de convivencia. Lo mismo nos sucede con otras especies que buscan alimento o abrigo en nuestras poblaciones, y cuya imagen también se ha visto perjudicada como sucede con los estorninos o las palomas. Así que, lo de buenos o malos, siempre va en función  a cómo sea nuestra relación directa con ellas. Cuando nos incomodan lo más mínimo ya son un estorbo y unos bichos insufribles. Solo hay que recordar como recientemente fueron destruidos los nidos de una colonia de inocentes aviones comunes en un "lugar de cuyo nombre no quiero acordarme", en plena época de cría, porque les debían ensuciar el suelo con sus excrementos, Ojalá a los lumbreras que tomaron esa indecente decisión, les masacren este verano los miles mosquitos que no comieron los pequeños aviones que ejecutaron tan vilmente. Los verdaderamente malos de esta película son algunos humanos.