Empezamos como es casi obligado, con una amplia selección de dim-sums, todos ellos a un altísimo nivel. En primer lugar unos jiaozi a la plancha, con relleno especial a base de carne de cerdo y especias. Los dim-sum a la plancha resultan mucho más sabrosos que los que van al vapor, pero suelen ser más difíciles de encontrar, especialmente que sean buenos; estos lo eran, y mucho. Seguimos con el jiaozi 9 dragones, con relleno de huevo frito y espinacas. Diferente, delicado, exquisito. El que menos nos gustó fueron los Sheng Jian, típicos de Shanghai, al vapor, y con un relleno muy especiado y caldoso que explotaba en la boca al morderlo.
Muy curiosa la ensalada de medusa crujiente, acompañada de verduras picadas y aliño de soja. Refrescante. El pato no se ofrece en su típica versión con tortitas, y se agradece. Probamos primero el pato de la casa, una pecguga al estilo Waitan, cocinada a fuego lento en caldo, con guarnición de tofu y verduras. Sale crujiente y aparentemente seca, pero resulta muy tierna y jugosa. La segunda versión del pato fue el pato con 8 tesoros, un pato guisado con frutos secos, semilla de loto, dátiles y bayas de goji. También probamos el solomillo de estilo Sichuan, y la ternera también de estilo Sichuan. Tremendamente picantes (de verdad, muy muy picantes) pero si soportas un poco el picante, están buenísimos ambos (probablemente nos gustó más la ternera que estaba algo más suave).
Para acompañar todo, y suavizar los picantes, pedimos algo de arroz y pasta fresca. Exquisito el arroz frito de la casa, con verduras y gambas, y envuelto en una tortilla de huevo. Los fideos frescos caseros hechos a mano “lamian” salteados con setas shitake, huevos, jamón chino y verduras nos gustaron mucho también. Lo mejor sin duda en este apartado fue una estupenda pasta cortada a mano, salteada con verduras.
Los postres, como suele suceder en la mayoría de restaurantes asíaticos, no están a la altura del resto de la carta. Carta de postres muy limitada, y cara, en la que sólo es destacable el fondant de chocolate. La carta de vinos es más completo de lo habitual en restaurantes chinos, ya que ha sido elaborada por la enóloga María Manzanares.
El Bund es un magnífico restaurante chino, con una cocina de calidad muy diferente a la que conocemos en Madrid. Con un precio medio de € 25, y una terraza muy agradable, habrá que ir reservando mesa para este verano.
Datos Prácticos:El Bundc/ Arturo Baldasano, 22MadridTel.: 911 151 813Precio medio: € 25Accesible silla de ruedasNo cierraAparcacoches