Todos estos videos me hacen pensar si había algún interés en el Gran Jurado Europeo por promocionar este vino. Además de que, enfrentar las mismas añadas de vinos como Petrus o Margaux, que necesitan muchos más años para estar en plenitud, con Reignac, que posiblemente esté a punto mucho antes, pues es un poco como hacer trampa.
En cualquier caso, y reconozco que impulsado por la popularidad mediática, me decidí a comprar una botella y probar este vino. Botella que compré hace casi un año, y que al descorcharla hace poco, tenía un problema de corcho que lo hacía imbebible, por lo que me dirigí a esa famosa tienda de logo triangular y verde para que me la cambiaran, cosa que hicieron sin ningún problema, estando incluso dispuestos a devolverme el dinero a pesar de no tener yo ya el ticket de compra. Esta segunda botella no tenía ningún problema, así que tras decantar con una media hora de antelación, la serví en la mesa, nuevamente con un surtido de quesos potentes.
Château de Reignac está situado en la región bordelesa de Entre Deux Mers. Fue construido en el siglo XVI por Baude de Peyron y remodelado en los siglos XVIII y XIX, incluyendo un invernadero diseñado por Gustave Eiffel. En 1990 es adquirido por Yves and Stephanie Vatelot, quienes han introducido una serie de elementos como la creación de un lago artificial para moderar las temperaturas y prevenir las heladas o plantación de bambú para el procesado de los residuos de la vinificación. Las 80 Ha de viñedo están asentadas en suelos ricos en Molasse du Fronsadais, marga, caliza de Castillon y guijarros de antiguas terrazas aluviales; y en los puntos más elevados, piedras y grava. Las premisas de trabajo de los Vatelot incluyen plantaciones de alta densidad, adaptación de las cepas (variedades y portainjertos) al terreno, el respeto de los suelos, uvas cosechadas en su punto de madurez óptima y cuidadosamente seleccionadas, vinificación y envejecimiento adaptado a cada uno de los terroirs de Reignac. Cuentan con la asesoría enológica del gurú de la Merlot, Michel Rolland.
En Château de Reignac se elaboran cuatro vinos. El Grand Vin de Reignac es el vino estandarte, siendo Château de Reignac el segundo vino. Elaboran un vino 100% Merlot de las viñas más viejas, llamado Balthus y un blanco elaborado con Sèmillon y Sauvignon Blanc.
En mi caso, el vino que me atrajo desde YouTube y que probé, fue el Grand Vin de Reignac 2008 (AOC Bordeaux Supérieur, tinto con crianza 75% Merlot y 25% Cabernet Sauvignon; Château de Reignac), que se elabora a partir de viñedos con una edad media de 43 años, tras vendimia manual y doble selección de racimos y bayas. El 30% de las uvas se vinifican en barricas nuevas de roble, mientras que el otro 70% se vinifican en depósitos de acero y de madera, después de una maceración en frío. Maloláctica en barrica y crianza de 19 meses con sus lías en barricas nuevas de distintos elaboradores, terminan de preparar el vino para su embotellado.
Nos encontramos con un vino de color rubí granatoso, de buena capa, con ribete granate. En nariz no me pareció un vino muy intenso, siendo licoroso, con algo de fruta negra muy madura y algún atisbo de fruta roja, pero todo muy indefinido, y con un sutil especiado de fondo. En boca, buena acidez y cierta presencia, sabroso, con un tanino que aún puede integrarse más y un final no especialmente memorable. Tras 48h con Wine Saver de Vacuvin aparecen notas ahumadas y de café, y el conjunto mejora un poco, pero se nota algo descompensado. Diría que es un vino simplemente bebible, y en algunos aspectos bastante flojito.
Puedo ser yo, pudo ser el día, pudo ser mi botella, pero me cuesta mucho entender que este vino haya quedado por encima de algunos de los mitos a los que ha ganado en esas catas a ciegas. Yo, desde luego, el precio que inicialmente tenía (alrededor de unos 15€) no digo que no los valga, pero lo que ahora piden y yo pagué por él (unos 30€) no los pienso gastar de nuevo.